miércoles, 17 de septiembre de 2014

Curiosidad...una pregunta










bueno y mi duda es:
 ¿les gusta el yaoi?


es que no se, pues me dio la curiosidad de saber :3 cofcofnoescomosiquisieraescribiralgoconunpocodeyaoi,comocreencofcof


viernes, 29 de agosto de 2014

La bella y la bestia capítulo 16




Holaaaaaaa~kanade desu! estoy segura que ustedes ya olvidaron este fic...o tal vez no xD en fin he aqui el siguiente capítulo, creo que esta vez es mas largo asi que espero que lo disfruten porque esta todo intenso u.u


(1) tu nombre
(2) el nombre de tu Johnny
(3) el apellido de tu Johnny
-¿Decías?-dijo intentando que siguiera con mi oración. Parpadeé y mi mirada bajó a sus labios.- está bien, no digas nada.- se alejó de mí y tomó la ropa que yo había dejado sobre la cama.- No entiendo.-dijo.- ¿Para qué me preguntas que parte del armario voy a usar si luego no me dejas nada de espacio?-estaba notoriamente molesto.

-Iba a dejarte la mitad pero luego me di cuenta que tú estabas jugando sucio y decidí hacer lo mismo.-expliqué. Se sentó en la cama y me miró, entre cerró los ojos y asintió.

-Gracias.-dijo luego. Lo miré sin entender. Me mostró el paquetito que yo acababa de entregarle. Entendí. Lo abrió y sonrió.- Te debo algo.-me dijo y se levantó de la cama. Besó mi mejilla sonoramente.

-De nada.-respondí algo anonada.

-Puedes volver a guardar tu ropa.-me informó. Asentí.

Ya estaba cayendo la noche. Creo que ambos coincidíamos en que no queríamos pelear más. Me di una ducha mientras (2) terminaba de ordenar su parte del armario.

Esta vez me llevé el pijama al baño y cuando salí de la ducha me lo coloqué. Luego de mi ducha, era el turno de mi acompañante, que sin protestar se metió al baño y se llevó su ropa al igual que yo.

Me tiré en la cama y encendí el televisor esperando encontrar un buen canal para ver a esta hora, mientras esperábamos la comida en la habitación.

-Listo.-dijo cuando salió sacudiendo su pelo con una toalla.- ¿Todavía no llegó la comida?-agregó. Lo miré, fue cuando caí en la cuenta de que él estaba en boxers con el torso desnudo. Me hizo una mueca torcida, intente no mirarlo mucho para no empezar con los problemas.

-No, todavía no.-me limité a decirle. Se sentó en la cama mientras veía fijamente a la pantalla del televisor.- ¿Qué ves?-arqueó una ceja.

-Sweet 16.-respondí secamente.

-¿Qué canal es ese?-dijo extrañado.

-El programa se llama “Sweet 16”.-volteé a verlo. Me miró.- El canal es el MTV.-asintió con la cabeza.- No me digas que no lo conoces.-agregué divertida. Rió.

-No, no sé de donde salió ese canal tan raro.

-Woow (3), tu sí que tienes problemas.-carcajeé. Me sonrió.

-¿Problemas?-dijo divertido.- No lo creo pequeña.-rio. Lo miré seriamente haciendo que rodara sus ojos.- ¿Qué eres?

-¿Qué soy?-dije confundida.

-Sí, ¿Qué eres?-insistió.

-Puede que tus amigos te entiendan cuando hablas así de raro pero yo no te entiendo.-dije cambiando de canal.

-Quiero decir…-dijo buscando las palabras correctas. Me quedé mirándolo.- Que… si eres pequeña, una mujer, una señorita, una dama. ¿Cómo te gusta que te trate?-dijo finalmente. Me quedé pensando sobre eso.- Olvídalo, solo quería saber cómo hablarte, pero no importa.-volteé mi mirada al televisor y a los segundo regresé mi mirada a su rostro.

-¿Tu qué crees que soy?-pregunté. Me miró.- ¿Una nena?- negó con la cabeza.- Entonces…-lo incité para que hablara.

-Para mí eres…- miró hacía el techo. Se me hacía divertido que preguntara eso y a la vez me causaba ternura que preguntara como debía tratarme.

-Una simple adolescente.-le completé la frase. Bajó la mirada hasta mis ojos.- Solo eso.

-No.-dijo negando con la cabeza.- Eres mi novia.

-Tú nunca me preguntaste si quería ser tu novia.

-Porque sabía que ibas a decir que no.

-Pregunto…-dije acomodándome en la cama.- ¿Por qué en vez de tratarme mal no intentaste acercarte a mí?

-No necesito de los demás para ser feliz.-contestó secamente.

-Tal cual lo imaginaba, un frío sin sentimientos.

-Oh, sí, eso piensas porque no me conoces.-dijo.- Aparte no entenderías nunca.

-(2)…-dije.- créeme, he sufrido mucho en mi vida y sigo sonriendo y necesito de los demás.

-No entenderías.

-¿Por qué no?-pregunté. Se pasó las manos por el cabello.

-Porque no.

-Porque no, no es una razón.-le dije.

-¿Quieres que peleemos otra vez?-arqueó una ceja.- No tengo drama.-agregó.

-Okay, Okay.-volteé mi mirada al televisor.- Pero tarde o temprano tendrás que responder a mis preguntas porque no puedes obligarme a que me case contigo.-respiré profundo.

-Volvamos al tema con el que empezó todo. ¿Sí?

-¿Cuál fue?-pregunté.

-Que yo no te había preguntado si querías ser mi novia.-dijo. Rodé los ojos.

-¿Para qué quieres que hablemos de eso? ¿Para pelearnos otra vez?

-No. Es que, tienes razón, debería de haberte preguntado si querías ser mi novia.

-El error ya lo cometiste.-dije.

-Vamos, dame una oportunidad.-dijo casi en un susurro. Sentimos el golpe en la puerta. Me levanté de la cama.- Yo voy.-dijo.

-¿En boxers?-le pregunté. Se rio y se sentó en la cama.-Voy yo.-comencé a caminar hasta la puerta.

Estábamos sentados en el mini living de la habitación. El chico comía papas fritas como si fueran las últimas en su vida. Yo por mi lado me dediqué a probar la carne de cerdo.

-Tranquilo.-dije en una carcajada. Me miró.- Límpiate la boca.-agregué mientras le pasaba la servilleta.

-¿Me limpias tú?-dijo estúpidamente.

-Cursi.-murmuré. Rio.

-Te estaba probando.-dijo mientras se limpiaba la boca. Nuevamente el silencio se apoderó de la situación.

-Tengo una pregunta.-dije rompiendo el silencio. Me miró.

-Dime.

-¿Por qué trabajo tuyo estamos acá?

-Un pequeño temita que ya mañana y pasado resuelvo.-dijo y se metió una papa a la boca.

-Ah, bien. Y entonces… ¿solo iremos a la playa?

-No.-dijo.- Podemos hacer miles de cosas. Claro, si te comportas como se debe.

-¿Cómo se debe?-pregunté sin entender.- (3) creo que tienes una imagen mía que no es correcta.

-¿Ah sí?-arqueó una ceja.

-Si.-dije de mala gana.- Créeme puedo parecer una nena pero en realidad no lo soy, así que empieza a tratarme como tal, porque te las veras conmigo.

-Bueno, tranquila.-rio.- Creo que tendrás que demostrarme que no eres una nena.-dijo. Lo miré mal.- Digo… no sé, depende de ti como me lo demuestres.

-(3) (2), que te quede claro que nunca en mi vida me acostare contigo.

-Eso dices ahora pequeña.-me dijo burlonamente.

-Sí, lo digo ahora y por siempre.-dije antes de levantarme del sillón.

La parte más fea del día se acercaba, íbamos a dormir juntos. El hecho de tener a (3) tan cerca mío me daba ganas de llorar. ¿Qué pasa si me viola? O ¿Si me obliga a tener sexo con él? No, no (1), creo que estas exagerando las cosas. Pero en serio, dormir con (2), los dos solos en la habitación, nadie conocido acá en México, este chico es un sexópata, definitivamente esta noche no voy dormir.

Me tiré en la cama y prendí el televisor, como de costumbre, nada para ver. Cambié de canal unas setenta veces antes de encontrar “Pretty Little Liars”. A veces Aria me confunde, pero es mi preferida de ellas… gracias (2) por interrumpir mis pensamientos.

-¿Por qué ves cosas tan malas?

-¿Por qué tuviste que nacer?

-Hey, que dura eres.-rio.- Solo pregunto, y creo que nací porque mi mamá y mi papá…

-No me digas más nada.-dije intentando no reír.- Eres un inmaduro.

-Disculpa, habló la madura.-carcajeó. Se acostó mi lado.- ¿Ya te vas a dormir?

-No, no tengo sueño.-dije sin despegar los ojos del televisor.

-Yo tampoco tengo sueño.-dijo pícaramente y simplemente recibió un codazo de mi parte.- Solo decía.-rio.

-Bueno, mejor no digas nada.-dije de mala gana. Se sentó a un costado mío y comenzó a observarme.- ¿Qué?-dije mirándolo de reojo.- ¿Qué tengo?

-Pregunto…-dijo esperando una respuesta de mi parte.

-Pregúntame.

-¿Por qué tan seria?-dijo entre cerrando los ojos para ver si adivinaba algo.

-¿Tengo que ser sincera?

-Claro, bueno, si quieres contarme, si no, no importa.

-Okay.-me acomodé para verlo.- ¿No te ríes de mí?

-Lo prometo.-dijo.

-Me da miedo dormir contigo.-sentí como mis mejillas tomaron color.

-¿Miedo?-dijo arqueando una ceja.- (1), no voy a obligarte a dormir conmigo.-me dijo. Suspiré.- ¿Te doy miedo?-agregó con un tono de… ¿preocupación?

-Es que no es que me des miedo tú, si no que… sin ofender, eres algo bipolar y de repente te enojas conmigo y dices cosas sin sentido que de verdad me asustan.-dije. Me miró bien, torció un poco la cabeza.- Eso también me da miedo.-dije causando su tierna risita.

-¿Bipolar?-dijo poniéndose serio.- No, no lo creo.-carcajeó.

-¿Ves?-reí.- Puede que no te des cuenta pero de verdad a veces asustas (2).-le dije. Me sonrió.

-Bueno, iré a un médico.-dijo. Me reí.- No vamos a dormir juntos, no te preocupes.-me dijo.

-Gracias.

-Nunca pensé que una chica me iba a dar las gracias por no dormir con ella.

-Pregunto…-dije.

-Pregúntame.

-¿Te acuestas con la primera que se te cruza?

-No siempre es la primera.-dijo riendo. Negué con la cabeza en tono de reproche.- Tú te me has cruzado un par de veces y ni siquiera me quieres besar.-rio. – Me causa ternura que te sonrojes.

-¡(3)!-dije intentando sonar molesta. Me sonrió.

-Hasta mañana.-dijo y sacó una almohada de la cama.- Capaz que mañana cuando despiertes yo no voy a estar en la habitación, ¿sí?

-Si.-dije mientras asentía.- Hasta mañana, que descanses.

Admito que fue lindo de su parte dejarme la cama para irse a dormir a un incómodo sillón donde le sobresalían los pies, era gracioso verlo ahí pero a la vez daba algo de pena. No digo que me importe mucho, pero de verdad él hace mucho por mí, aunque me trate mal, me da un techo y me cuida.

Fui hasta el baño, cepillé mis dientes, até mi cabello en una coleta, lave mi cara quitando todo resto de maquillaje corrido por el agua de la ducha. Al salir abrí la cama y cambié de canal, no encontré nada así que lo apagué.

Me incliné un poco en la cama para ver a (2) que reposaba sobre el sillón mientras miraba el techo. Recosté mi cabeza sobre la almohada dándole la espalda al lugar vacío de (3) en esta cama.

Ahora un nuevo pensamiento invadía mi cabeza.

¿Qué tal si solo es un truco y luego se mete en la cama?

Ya con eso no iba a poder dormir. Cerré mis ojos y respiré profundo.

-(1) no exageres, ni que estuvieras en una película de terror.-murmuré para mí misma.

-¿Qué?-sentí que decía. Creo que no lo dije lo suficientemente bajo.

-Nada, nada, hablaba conmigo misma.

-¿Segura?-dijo divertido. Rodé en la cama para verlo.

-Segura.-le dije. Me sonrió.- No te preocupes siempre hablo sola.-dije y volví a voltear.- Descansa.

-Gracias, tú también.-dijo en una risita.

Es una exageración lo que estoy pensando pero… ¿Qué tal si me duermo y se abusa de mí? Ok (1), te fuiste a la mierda con ese pensamiento.

-Es imposible.-murmuré.

-(1), dile a (1) que se cierre la boca.-me dijo. Reí.

-Perdona (2), estoy en una lluvia de pensamientos.- le dije. De seguro él quiere que me duerma rápido para luego…

-¿Segura estas bien?-me dijo. Rodé de vuelta sobre la cama y asentí.- Una persona que está bien no habla sola.-dijo divertido.

-Créeme, si estuvieras en mi situación hablarías solo.-le dije. Me sonrió.- Ya duérmete.-volví a rodar hasta mi lugar.

Cerré los ojos e intenté dormir, pero aun que yo misma me convenciera no iba a poder dormir teniendo a cierto chico despierto.

Miré el reloj en mi celular, las 02:13 am. ¿Qué carajo iba a hacer toda la noche? Respiré profundo y solté el aire de golpe.

-Mierda.-murmuré. Oh no, seguro él me escuchó.- (3).-dije despacio. No respondió, gire sobre la cama y lo mire.

Uno de sus brazos caía graciosamente sobre la alfombra y el otro reposaba tras su nuca. Me reí por lo bajo. Tenía la boca un poco abierta y los pies tiesos como un muerto, este chico sí que descansa.

Lo di por dormido y volteé de nuevo a mi lugar.

Estaba segura de que no iba a dormir hasta que (2) se fuera del hotel, cosa que pasaría nunca o tal vez dos horas en la mañana.

Me acomodé mirando el techo y comencé a jugar con un almohadón. Tíralo, atrápalo, tíralo, atrápalo, tíralo, mierda… al piso. Me bajé de la cama para alcanzar en almohadón y me metí de nuevo en la cama con el pequeño almohadón en mis manos.

Idea, loca, pero idea en fin.

-(2).-murmuré. Ni se movió.- (3)-dije divertida.-(3) (2), despierta.-susurré lo bastante alto pero no mucho como para no asustarlo.-(2), levántate, no puedo dormir.-insistí.

Definitivamente tenía un sueño pesado pero no daba mucha ternura al dormir así que yo iba a divertirme un rato.

-¡Un ladrón!-grité mientras el almohadón impactaba contra su cara. Lo quitó rápido y saltó del sillón provocándose una caída en seco sobre la alfombra. Ouuch, eso debió doler. Me reí cuando se sentó sobre la alfombra con la cara roja.

-No fue divertido.-me dijo enfadado. Ahí fue cuando exploté en risas.- ¿De qué te ríes?-dijo enojado.- Me dolió y mucho.-se sentó sobre el sillón mientras se sobaba la mejilla.

Me revolcaba sobre la cama mientras reía como una loca maniática. Recibí un almohadazo de parte de (3) pero no me afecto ni en lo más mínimo.

-¿Por qué no te duermes y dejas de molestarme?-dijo. Lo miré atenta intentando contener mi risa.- Hey, es en serio.-me dijo casi contagiándose de mi risa.

-(3).-dije respirando profundo para no largarle una carcajada.

-No te rías.-me dijo.- Por favor. De verdad me duele.-agregó.

-Ve a mojarte con agua.-le dije. Se levantó del sillón.- No pensé que te ibas a caer.-agregué. Rio.

-Descuida.-dijo entrando al baño.- Me vengare de esto.-me gritó desde ahí adentro. En ese momento caí en la cuenta de que me iba a hacer algo, y no iba a ser nada bueno.

-Perdóname.-le dije apoyándome sobre el marco de la puerta.-De verdad no fue intencional la caída.

-Pero si el almohadazo.-me dijo.- Ya pasó, pero veras tu castigo pequeña.-dijo tomándome por la cintura.

-Aléjate -puse mis manos sobre su pecho y lo empujé levemente.

-Oh, vamos (1), sabes perfectamente que mueres por probar mi boca.-dijo casi suplicante mientras yo volvía a meterme en la cama.

-Sigue soñando.-le dije. Se rio. Se metió en la cama junto a mí, me senté y lo miré.- ¿Qué crees que haces?

-Tengo sueño, déjame dormir.-me dijo. Le pegué una leve patada por debajo de las sabanas. Se rio.- Quiero dormir contigo.-dijo haciendo voz de nene pequeño.

-Te pones irritante (3).-le dije. Me sonrió.

-Ven aquí.

-Vete de aquí.-le dije. Se dio vuelta y me dio la espalda.- (2).-insistí.- Ve a ese sillón.

-¿Sabes que no es lindo dormir ahí?-me dijo. Esperé que siguiera hablando.- ¿Por qué no duermes tu ahí?-agregó. Arqueé una ceja.

-(2).-dije en tono de reproché.- Por favor, vete de la cama.

-No quiero.-me dijo secamente.- Y ahora, si me permitís, voy a apagar la luz.- dicho y hecho, la apagó.

Me quedé un rato sentada en la cama mientras miraba su espalda. Estaba solo con los boxers y eso no era nada bueno para mi salud mental, me estaba torturando porque sabía que yo me distraía en su pecho desnudo.

-Es de mala educación mirar a las persona así.-me dijo. Creo que llegué a sonrojarme. Me dí la vuelta sentándome en la orilla de la cama, toqué el suelo con los pies y suspiré. La luz del velador alumbraba la habitación nuevamente.- ¿Qué pasa?

-Nada.-dije secamente.

-¿Segura?-insistió. Asentí con la cabeza.

Él tenía vista de mi espalda cubierta por la fina tela de mi ropa de dormir. Sentí una de sus manos sobre mi cintura y luego vi su rostro apoyado en el colchón a mi lado.

-¿Qué pasa?-dijo nuevamente. Ciertamente no sabía que me pasaba. O sea, si sabía pero no iba a decirle que era lo que me pasaba.

-Nada.-contesté. Hizo una mueca. Hizo un movimiento y se sentó a mi lado. Apoyó su mano sobre la mía.- En serio, no me pasa nada.

-Voy a ir al sillón. ¿Sí?-dijo intentando ignorar mis palabras. Me sentí aliviada de que no me fuera a preguntar sobre lo que me pasaba.- Luego de que me digas que es lo que te pasa.-agregó. Sentí un nudo en la garganta.

Bien, es raro, muy raro. Me encontraba pensando sobre el cuerpo de (3) cuando recordé como lo conocí y los recuerdos de mi padre volvieron a mi mente. Ciertamente no me encontraba bien y el hecho de que (2) estuviera a mi lado me hacía sentir mal porque si no fuera por la muerte de mi padre, yo no habría sido la compra por el chico.

-No me dirás.-afirmó.- (1), sé que puedo ser un imbécil y todo, pero no voy a juzgarte por nada de lo que sientas.-me dijo. Intenté contener las lágrimas.

-no es que seas un imbécil o no, que si lo eres.-rio tiernamente.- No voy a decirte mis problemas. ¿Para qué?- pregunté más como una afirmación.- Quédate tranquilo que si piensas que volveré a cortarme, no lo haré.-le dije. Me miró detenidamente.

-No estaba pensando en eso.-dijo quitando su mano de la mía.- ¿Puedes mirarme cuando hablamos?-dijo. Negué con la cabeza. Lo sentí levantarse de la cama y ponerse en cuclillas en frente mío. Hice una mueca. Me tomó por la barbilla y me hizo mirarlo.- ¿Hice algo mal?

-No, no eres tu.-afirmé.- Simplemente son cosas estúpidas que no puedo olvidar.

-¿Tiene que ver conmigo?-preguntó. Negué con la cabeza.- ¿Con quién?

-De verdad, no tiene importancia.-le dije. Me moví en la cama y subí mis pies al colchón. Se quedó mirándome un rato y luego volvió a sentarse a mi lado.

-¿Estas llorando?-me dijo. Bajé aun más mi cabeza para que no notara mis lágrimas.- Hey, (1), ¿Por qué?

- no estoy llorando, (2).

-Bueno, como quieras llamarlo. ¿Por qué?

-Porque simplemente siento la necesidad de llorar.-dije casi en un grito. Me miró atento.- Perdona, no quería gritarte.-le dije. Asintió.

-Mírame.-dijo casi suplicando mi mirada sobre la suya.- Mírame.

Lentamente levanté la mirada y me encontré con sus ojos. Nunca, pero nunca, en el tiempo que he estado con él, me había fijado en sus hermosos ojos y el brillo que llevaban. Tiernamente se movió y me envolvió en sus brazos. Sorprendida por su acto, lo recibí. Sus manos recorrían mi espalda pero no en forma depravada, solo quería hacerme sentir mejor.

-No llores (1).-dijo alejándose un poco para mirarme.- Por favor.

-¿Te afecta que llore?-pregunté.

-Sí. ¿Crees que es lindo verte llorar?

-No lo…-me calló con un beso.

¿Por qué no besarlo si yo realmente quería?

Le seguí el beso. No había nada de malo en eso, después de todo éramos novios, o eso era lo que tendríamos que ser. Me besó con ternura y pasión. Una de sus manos sobre mi espalda y la otra secaba mis lágrimas mientras brindaba pequeñas caricias.

-(1), yo…-dijo entre besos.- yo… nada… olvídalo.-dijo antes de atraerme más hacia su cuerpo.

Me obligó a moverme y sentarme sobre él, no con palabras, si no con caricias y pequeños empujoncitos, nuestros labios no se separaban y la temperatura en esa habitación comenzaba a subir; mis piernas, ambas, a los costados de su cuerpo, esta vez, sus manos se posicionaban de manera distinta, sobre mis muslos, Una de sus manos comenzó a recorrer mi espalda, pero por debajo de mi pijama, no lo alejé de mí, ciertamente me encantaba. Con su lengua delineó mis labios pidiendo permiso para entrar en mi cavidad bucal, sin dudarlo un segundo abrí mi boca permitiendo que nuestras lenguas se encontraran. Subió la parte de arriba de mi pijama y se separó un poco de mi para quitarlo. Sin gesto alguno volvió a apoderarse de mis labios, Me tomó firmemente por la cintura y se echó para atrás dejándome sobre él. Perfecto, ahora yo llevaba la iniciativa. Siguió brindando caricias sobre la piel desnuda de mi espalda mientras jugaba con el elástico de short.

Si debemos parar debe ser ahora o nunca.

Pero prefería el nunca. Sus caricias y besos me hacían que me sintiera amada y deseada a la vez, una sensación increíble.

De un momento al otro (2) giró dejándome debajo de él. Sus manos se posaron en mi cadera y bajó a besarme el cuello. Eché la cabeza para atrás dándole espacio a su boca. Besaba y saboreaba cada rincón de mi cuello, succionó dejándome una marca que seguramente luego se notaría.

Nuevamente subió hasta mi boca y me besó pasionalmente mientras se despojaba de mi short. Me sentí completamente desnuda, pero aún no lo estaba, una de sus manos acariciaba el elástico de mi ropa interior provocando desespero. ¿Vergüenza? Se había ido en el momento en el que (3) había comenzado a besarme. Sentí como lentamente comenzaba a bajar mi ropa interior.

Simplemente no podía entregarme a él.

-(2)…-murmuré. Volvió a besarme. Intenté separarlo un poco para hablarle.-(2)… escúchame.

-(1), no tienes nada que decir, te deseo tanto como tú a mí.



Y supe que no podía negarme, pero tampoco podía aceptar el hecho de que me quitara mi virginidad sin antes habernos casado.

Siguió con lo que antes hacía, bajar mi ropa interior.

No podía decirle que parara porque luego me arrepentiría pero no podía hacerlo con él porque luego también me arrepentiría. ¿Las palabras correctas para detener esto? Bien, ninguna llegó a mi mente. Simplemente las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas. Lo notó y se alejó un poco de mí.

-¿Te lastime?-preguntó acariciando mi cabello. Negué con la cabeza, me da vergüenza hablar.- (1), por favor, dime que es lo que pasa.-hablaba tiernamente. Cerré los ojos con fuerza.- (1)-insistió.- ¿Quieres que me quite de encima tuyo?- me dijo, asentí con mi cabeza.

Se quitó de encima mío y buscó mi ropa en el suelo, la dejó a mi lado y se sentó mientras me miraba.

Me sentía asquerosa, sin pudor alguno, no tenía cara para volver a mirarlo a los ojos.

Me senté a su lado y sin decirle nada me coloqué la ropa y caminé hacía el baño. Me miré al espejo y nuevas lágrimas recorrieron mis mejillas. Me sentía sucia, había dejado que él me tocara a su manera, estuvimos a punto de juntar nuestros cuerpos. Acomodé el bretel de mi pijama que se resbaló por mi piel, ahí note la marca que (2) había dejado en mí. Pase mi dedo por la marca y lo noté algo hinchado, sonreí desganada, después de todo tenía que admitir que me había gustado un poco.

Abrí la ducha y cerré la puerta con llave, me despojé de mi ropa y entré a la tibia lluvia artificial que caía sobre mi cuerpo. Con tan solo 16 años había estado por perder la virginidad con él, con el que por ahora, era mi peor enemigo.

Pero la pregunta que ocupaba mi cabeza era:

¿Por qué le seguí el juego?

Claro estaba que él no era para nada feo y bien deseable se veía en boxers pero… ¿amor? Ni una pizca de ese sentimiento. Sé que de parte de él había lujuria, deseo y pasión por mi cuerpo, pero de mi parte había más que eso. No sé muy bien que… pero que lo había, lo había. Me envolví en la toalla y volví a mirarme en el espejo mientras cepillaba mi húmedo cabello.

-Yo no lo amo.-murmuré mientras me miraba.- ¿O sí?- me pregunté.- No, no lo creo.

Volví a colocarme la misma ropa, después de todo, estaba limpia porque me había bañado hacía menos de 5 horas. Respiré profundo y tomé el picaporte de la puerta, tenía que salir de ahí, pero no iba a ser fácil mirarlo a los ojos.

Le di vuelta a la llave y salí del baño intentando no cruzar miradas. Y definitivamente no cruzamos miradas porque él no estaba en la habitación. Miré el sillón, dentro del armario, debajo de la cama, pero nada.

Me sorprendí y tuve miedo a la vez.

¿Qué tal si se fue para siempre?

Me metí en la cama y coloqué la sabana sobre mi cuerpo dejando mis brazos al descubierto. Dejé el velador encendido, tenía miedo. Cerré los ojos y lentamente caí en un profundo sueño.

Desperté al sentir un rayo de sol que daba justo sobre mi ojo, volteé sobre la cama haciendo que ya no me molestara más. Estiré mis músculos y me senté en la cama, miré hacía el sillón, (3) no estaba ahí. Presté atención para saber si la ducha estaba encendida, pero no. Me levanté y caminé hacía el baño, (2) tampoco estaba ahí.

Luego de lavarme la cara, los dientes y cepillar mi cabello, me coloqué un short de jean y una musculosa celeste, y por supuesto mis cómodas ojotas. Pedí el desayuno por teléfono, no iba a bajar a desayunar sola. Me sentía abandonada: si bien aún no sabía cómo íbamos a reaccionar al vernos frente a frente, no quería estar sin él, me sentía desprotegida.

Pasé toda la mañana y la tarde, completamente sola sentada viendo televisión. No quería salir de la habitación por miedo a perderme y no encontrar a (2) nunca más.


Eran las 3:00 am y yo intentaba no caer en el sueño. Mis parpados estaban pesados y se caían provocando que cerrara mis ojos. Sentí la puerta abrirse y casi me caigo del sillón.

lunes, 25 de agosto de 2014

~La niñera~Capítulo 9


he aqui el siguiente cap de este fic que al parecer les esta gustando, aunque a mi la verdad (2) no me acaba de caer bien >.> 
Por cierto este capítulo tiene algo de LEMON u.u

(1) tu nombre
(2) el nombre de tu Johnny
(3) el apellido de tu Johnny

(2) POV

—Claro, Sara, yo… yo te avisaré—Me alejé sigilosamente de ella, porque ya estaba tan cerca que me estaba poniendo incómodo (bastante irónico diría yo).

—Espero que asistas—Me dijo y se mordió el labio, se acercó de nuevo, yo me alejé y me caí del sillón, Bravo—Oh dios ¿estás bien?

— ¡Sí!-Casi chillé y me levanté del suelo antes de que ella alcanzara a tocarme, me estaba comportando como a los 4 años cuando le tenía asco a las chicas.

—Vale, ya me voy—Por su cara enojada y su gruñido creo que al fin había captado la indirecta.

—Nos vemos en la fiesta, si voy—Murmuré yo pero su única respuesta fue el portazo cuando salió.

Suspiré y me froté las cienes, me estaba –probablemente- volviendo loco por culpa de cierta señorita gruñona de por ahí. Hace como un mes se había metido en mi vida sin que ninguno de los dos quisiera, hace como 3 semanas hice una apuesta con Takumi, y hace como dos semanas que no paro de evitar a las chicas porque no puedo fijarme en ninguna más que en ella, y hacerle la “ley del hielo” durante tres días no ha servido para quitármela de la cabeza, incluso es peor porque la duda de saber qué está haciendo, qué está pensando me está comiendo vivo (aunque ya sé que piensa que soy un tonto mujeriego que le gustaría mandar a la mierda).

Pero de todos modos me había decidido (casi del todo) a decirle lo que sentía, aunque probablemente me golpearía y me escupiría en la cara (no, no exagero). De todas formas tenía que hacerlo porque quizás un rechazo directo me hiciera entrar en razón y me haría dejar de evitar chicas como si estuviera comprometido con alguien.

Subí la escalera y golpeé la puerta de su habitación levemente, no recibí respuesta así que solo entré. (1) estaba durmiendo y con el sepulcral silencio podía escuchar hasta aquí la música de su iPod sonando. Me acerqué y me acosté junto a ella en la cama, la maldije unas diez veces por hacerme esto; ninguna conquista en 3 semanas, y todo por su culpa, porque no salía de mi cabeza y menos luego de lo que había pasado hace cuatro días. Sinceramente me encanta esta chica, así bipolar y gruñona como es, simplemente es diferente a las demás, no es una muñequita de esas que son tan flacas y tan huecas que fastidian, de las que me aburrí desde que conocí qué es una mujer de verdad (ella).

Me parece tan estúpido que de todas las chicas del mundo justo me fuera a enamorar de la que me repudia como nadie en este mundo, la chica con la que menos posibilidades tengo de salir (o de salir vivo). Y con lo antipática qué es, ¿Cómo demonios puedo soportarla? Se enoja por cosas que yo ni siquiera sé y me critica por todo. Aun así la sigo encontrando molestosamente perfecta. ¿Por qué simplemente no puedo odiarla como ella a mí? Le acaricié la mejilla cuidadosamente para no despertarla, hasta dormida me volvía loco.

Era oficial, yo estaba malditamente demente por esta chica.



Me quedé un rato observándola hasta que me dije que mejor no postergaba lo que tenía que decirle. Me levanté, dispuesto a despertarla pero se me hizo un nudo en la garganta y no pude hablar. No me extrañaba, de todos modos jamás le había confesado a una chica que me gustaba, porque…. Quizás habrán habida chicas que me atraigan (físicamente) pero (1) era diferente, me atraía de todas las maneras que una mujer podía atraer a un hombre, y la odiaba por eso.

Bajé de a dos escalones hasta llegar al primer piso, le abrí la puerta a nuppi quien se me tiró encima antes de subir corriendo hasta la pieza de (1). Lo seguí de cerca y cuando entré había tirado a la chica al suelo y la estaba lamiendo entera, me reí.



—Ey nuppi—Lo llamé y se me tiró encima enseguida—. Perro malo, te dije que no entraras.

— ¿Estás bien?—Me apoyé en la cama y le pregunté al ver que no se levantaba del suelo.

—Sí.

—Déjame ayudarte—Le dije y la cogí de la cintura. No sé si fue mi idea o ella opuso resistencia, pero la levanté de todos modos. Me reí al ver su aspecto, recién levantada, con el pelo revuelto y toda babeada por el perro, ¿Que la siguiera encontrando la mujer más hermosa del mundo era extraño? Quizás no. –Estas horrible

—Ya lo sé—Dijo y se pasó la manga de su playera por la cara. Ella me miró y mi sonrisa se fue ¿Qué se supone que tenía que decirle ahora?

—(1), tengo que hablar contigo.

— ¿Para qué?

—Es importante, aunque te recomendaría arreglarte primero—De nuevo fui cobarde y quise postergar mi confesión.

—Puedes decirlo ahora.

—No puedo decirlo ahora.

— ¿Entonces?

—Te lo digo al rato, pero es importante.

— ¿Es malo?

—Quizás

— ¡(3)!

—Vale, vale, no es malo, pero sí importante, así que espero a que estés lista—Dije y salí del cuarto, aún no estaba seguro de cómo iba a hacer esto.

Como media hora después bajó (1) con la misma ropa pero algo más arreglada que hace rato.

—Oye, lamento lo del otro día—Dije pasándome la mano por el pelo. Eso significaba una cosa: nervios. ¿Cuánto tiempo había estado sin hacer ese gesto?

— ¿Qué cosa?—Preguntó extrañada.

—Cuando dije que dudaba que alguien pudiera soportar tu actitud—Ella frunció el ceño.

— ¿Te estás disculpando solo por eso o hay algo más que tengas que decirme?

No sé si pueda soportar esa mirada de desprecio otra vez, que ya me tiene más que aburrido. ¿Actuar o hablar? Porque no sé si decirle que me gusta, o besarla que es lo que en realidad quiero, así que opto por actuar. La tomo de la cintura y la beso, sus labios saben tan bien y su tacto es tan embriagador, sobre todo cuando me doy cuenta de que no está poniendo resistencia alguna y me está besando casi tan fervientemente como yo a ella. Enredó sus manos en mi cabello vacilantemente y yo la envolví entre mis brazos lo más fuerte que se podía sin llegar a lastimarla, solo que no quería dejar que se fuera por ningún motivo, cosa que habitualmente hacía luego de insultarme y decirme lo hijo de **** que era.

El tiempo se hizo completamente etéreo al igual que la realidad y ahora solo estábamos nosotros dos mezclando nuestras pieles y nuestros alientos, como siempre me pasaba que la besaba aunque estaba seguro de que ella creía que ella era solo otra más de mis conquistas, pero en realidad (1) realmente me hacía sentir diferente, y tan solo pensar en ella me había hecho alejarme de toda la raza femenina por decisión propia.

Alejarme de ella cuando éramos más jóvenes había sido un error tan enorme como el hecho de que me enamorara de ella ahora. Recuerdo que siempre me había gustado y supongo que yo le gustaba a ella, luego por intentar olvidarla me alejé, y ella se alejó, y nos alejamos y nos perdimos en el tiempo. Íbamos creciendo y yo ya era todo un rompe corazones, y ella la chica más correcta del mundo. A veces me quedaba mirando desde mi ventana, cuando estaba en su habitación leyendo, durmiendo, con sus amigas o cualquier cosa (aunque lamentablemente cerraba las cortinas cuando se cambiaba), porque simplemente la encontraba hermosa y en ese momento ninguna chica se me iba de la mira, y tenía a mi amiga de la infancia como objetivo, fue por eso que cuando escuché a mis padres hablar de conseguir a alguien para cuidar a Aoi y a saya fui yo quien les dio la idea de contratar a (1). No fue una tan mala sugerencia, ¿O quizás sí? ¿Quién sabe? Ahora parecía una muy sabia decisión de mi parte.

La llevé a ciegas hasta la escalera y ahí la tomé en mis brazos para poder subir con ella hasta mi habitación, y le agradecía al cielo que aún no me pusiera ningún tipo de resistencia ni me golpeara. Cerré la puerta detrás de nosotros y la aprisioné entre ésta y yo, llevé mis besos a su cuello haciéndola suspirar, se quejó cuando se lo mordí pero sabía que en realidad había sido una queja de las buenas, le besé el hombro justo antes de bajarle el cierre de su vestido y que éste cayera automáticamente al suelo.

Mientras yo estaba pendiente de admirar la escultura humana que tenía en frente, ella llevó sus manos a mis hombros y los acarició, luego recorrió todo mi torso hasta que sus manos se escondieron debajo de mi camisa y me acariciaron el abdomen, volviendo oficialmente loco, le mordí el cuello como venganza y luego le besé la mandíbula, ambas mejillas y luego los labios, dejando su sabor grabado permanentemente en mi cabeza.

(1) POV

Me besó. Lo besé. Nos besamos como si nuestra vida dependiera de ello, y me acorraló contra la pared; Mucho más ancho, musculoso y como 15 centímetros más alto que yo me hacía sentir tan atrapada como excitada y eso era profundamente molesto en aquel momento ahora estaba haciendo exactamente lo que se suponía que no tenía que hacer.

—No, espera yo…

—Shhh, no, está bien—Me susurró con voz ronca, y me levantó en sus brazos para que nuestros labios quedaran a una altura proporcional, no me importó que sus manos estuvieran tocando un lugar inapropiado de mi anatomía, tampoco me importó que mis pies no tocaran el suelo, así que solo lo abracé fuerte por el cuello y le seguí el beso, perdiéndome en sus deliciosos labios, sabiendo que estaba cometiendo el peor erro de mi vida.

Una parte de mí me decía que esto no traería nada bueno consigo, pero la otra parte estaba como “Intenta detenerlo y no vivirás para contarlo.

—(2)…—Se supone que era un reclamo, pero mi voz estrangulada lo había transformado en un gemido ahogado que tenía propósitos mucho más íntimos que intentar detener el asunto.

— ¿Qué cosa?—Me susurró al oído y me apretó más contra él (si es que eso era posible)

Nos caímos en la cama conmigo encima, me acomodé mejor y besé su cuello, que olía a jabón de menta, a un perfume desconocidamente delicioso y a un olor perfecto que era solo suyo. Este era exactamente el juego que empleaba (3) y yo estaba siendo lo suficientemente tonta como para jugarlo con él. Con manos temblorosas desabroché el primer botón de su camisa, luego el segundo, tercero, hasta llegar al séptimo. Acaricié su pecho desnudo mientras compartíamos nuestros labios otra vez, se removió un poco para poder quitarse la camisa. Estaba a punto de desabrocharle el cinturón pero giró y yo quedé aprisionada entre su cuerpo y la cama, impidiendo mi cometido. Sentí que moriría cuando sus labios besaron mi pecho con delicadeza, sin ser siquiera una caricia muy íntima, de todos modos mandaba corrientes eléctricas a mis extremidades y me tenía temblando de anticipación. Más abajo, en el escote de mi brasier, sus besos eran más íntimos, por ende las corrientes eléctricas más fuertes y amenazadoras.

A pesar de que esta escena era única, yo no podía dejar que el placer nos consumiera y que (2) consiguiera lo único que quería de mí, pero el problema era que quizás yo también lo quería.

—(2), ¿qué estamos haciendo?—Siseé, pero él pareció no escuchar. Ni yo misma lograba reconocer mi voz ahora, que estaba tan ronca, agitada y caliente que podía ser de cualquier persona menos mía—. Mmm, (3) es…

—Esto es el mismo paraíso y hablar no va a detenerme-Murmuró y besó mi cuello de nuevo, lo mordió y yo gemí, sabiendo que ahí había quedado una buena marca roja de sus dientes. Su nariz hizo cosquillas en mi cuello a posta, y yo tuve que contenerme una risa idiota. Su nariz y sus labios acariciaron con cuidado toda mi cara, su aliento estaba chocando contra mi oreja.

—Tócame—Me susurró con una voz tan sensual que era imposible negarse.

Llevé mis manos a sus hombros y los acaricié con cuidado, como dándoles un masaje, dijo algo que no alcancé a entender y volvió a buscar mis labios con desenfreno, Acaricié su espalda y luego su cuello, todo su torso recordando cada hueso sobresaliente, cada vello, cada músculo, la textura…

Estábamos lentamente cayendo a un precipicio lleno de placer y un lugar en donde los sentidos eran tan etéreos como en los sueños. Jamás, jamás me habían sentido tan bien como me sentía ahora, sus manos me hacían sentir como si de verdad pudiera volar, me acariciaban con tanta eficacia, que podría estar así el resto de mi vida.

Abrí mis ojos y solté un gemido más por la sorpresa que por el dolor que era jodidamente delicioso. Yo ya no tenía el brasier puesto y él estaba haciendo de las suyas con su boca. Con una mano me aferré a su pelo y con la otra a las sábanas, y me restregué contra él, inconscientemente, sintiéndolo más. Gruñó y murmuró otra cosa que tampoco alcancé a entender, Se apartó de mí y estuve a punto de protestar, pero solo estaba hincado en la cama luchando con sus pantalones. La yo perversa me ordenó que me levantara, agarré las muñecas de (3) y las aparté del cinturón, lo besé en los labios y me encargué de terminar con lo que estaba haciendo. Seguí besándolo y le desabroché el pantalón, rozando a posta el bulto que éste escondía, (2) volvió a gruñir y me pareció el sonido más excitante que hubiera escuchado en mi vida. Quedamos al revés en la cama pero lo obligué a acostarse y me senté a horcajadas sobre él, sus ojos hambrientos devorándome me estaban dando el valor de hacer cosas que jamás me había imaginado hacer.

Lo besé en el cuello y me moví sobre él, no fue muy claro pero escuché algo así como un “deja de torturarme” de sus labios jadeantes, sonreí y no pensé en hacerle caso, besé su pecho y dejé que mi cabello le hiciera cosquillas mientras yo descendía lentamente hasta el hueso de su cadera, lo besé y bajé los pantalones, un poco, no lo suficiente, solo lo suficiente como para torturarlo un poco más.



—(1), por favor—Casi me suplicó y eso me hizo reír, pero me aguanté. Bajé los pantalones hasta sus rodillas y besé el bulto por debajo del bóxer—Oh, joder—Gruñó, lo estaba torturando, pero no era tanta tortura como para que intentara detenerme.

Otro beso más sobre el bóxer, (3) agarró las mantas con las manos y las apretó con fuerza mientras gruñía como si de verdad lo estuvieran torturando. Me agarró de la cintura y me dejó debajo de él de nuevo, acabando con la supuesta tortura.

Se bajó los bóxer y… oh. Dios. Mío.

Estaba respirando agitadamente cuando sentí su humanidad presionando en mi entrepierna, eso no iba a caber ahí, yo estaba segura. Dejé de respirar inconscientemente cuando el vacío dentro de mí se llenó completamente, El aire se escapó con fuerza en un sonido estrangulado, que se repitió constantemente mientras (3) me embestía a un ritmo tan perfecto como degradante. La sensación que recorría mi cuerpo en ese momento era tan inexplicable como única, Esto no era sexo, al menos para mí. Cerré los ojos y bloqueé mi sentido común, ya tendría tiempo para arrepentirme después, ahora solo quería disfrutar de la sensación de ser solo uno.

~~~~

A la mañana siguiente me desperté con una extraña pero deliciosa sensación embargándome el cuerpo. Un frío me recorrió el cuerpo y me di cuenta de que solo tenía la ropa interior puesta, me tallé los ojos y mi irrealidad se adaptó a la realidad; los recuerdos de la noche pasada me envolvieron y me cegaron unos breves segundos, hasta que me di cuenta de lo que exactamente había hecho.

Había dejado que (3) (2) ganara.

Sí, ganar era la palabra adecuada porque ese era el juego que se había propuesto jugar desde que yo había puesto un pie en esta casa, con sus flirteos y galanteos. Nada sorprendente, y aun así había terminado justo como todas esas chicas que de verdad creían que significaban algo para (3), ellas no entendían que simplemente (2) buscaba entretenimiento.

Era increíble que recién levantada hubiera podido pensar todo aquello, porque si no fuera porque (2) se estaba removiendo a mi lado, no me habría dado cuenta de que estaba al lado mío, más cerca de lo que yo lo quería tener. Me propuse gritarle que lo odiaba y que esto había sido una completa estupidez y que no esperara que sucediera de nuevo, pero las palabras simplemente no lograron salir a la luz.

Abrió los ojos y me miró, había despertado recién y yo no estaba segura de saber qué decir.

—No puedo creer que lo consiguieras—Murmuré, pero estaba tan sorprendida y arrepentida de mí misma que ni siquiera pude decirlo con todo que le dejara saber lo enojada que estaba.

— ¿Conseguir qué cosa?—Preguntó sonriendo, No, no era de sus sonrisas burlonas.

—Esto, tonto—Espeté, ahora sí el tono enojado fue claro, (3) se sentó en la cama y me miró unos segundos, como analizándome. Yo estaba mirando al frente pero podía verlo de soslayo.

— (1)—Me llamó en tono serio, pero no quise voltear, no quería ni siquiera mirarlo, estaba demasiado avergonzada de mí misma como para hacerlo. Me obligó a mirarlo poniendo su mano en mi mejilla, e hizo lo único que no me esperé que hiciese: me besó. Sus labios delinearon los míos con esa destreza tan característica de él, me rodeó con sus brazos firmemente, así que tuve que descartar la idea inexistente de intentar escapar.

—Escucha—Susurró, apenas se había separado un centímetro de mis labios, y nuestras frentes estaban juntas—. De verdad, de verdad que no sé cómo lo hiciste, pero me gustas, mucho.

Procesé las palabras por lo menos tres veces porque sabía que algo estaba fallando y yo no estaba entendiendo el mensaje completamente. ¿Yo, gustarle, de verdad? La idea me atropelló como el más dulce e intenso tornado. Respiré profundamente y lo miré recelosa.

— ¿Qué estás diciendo?

—Eso, que no te he perseguido porque no soporte tener amigas o por el mero hecho de hacerlo…— se calló y se revolvió el cabello, estaba nervioso—. Entenderás que no suelo decirle esto a las chicas y es más complicado de lo que pensé…

— ¿Y cómo sé yo que no se lo dices a todas?—Pregunté frunciendo el ceño.

—Por qué se los diría si no me gustan las relaciones formales.

— ¿Me estás pidiendo una relación formal?—Pregunté total y completamente anonadada. (3) se mordió el labio y se revolvió el pelo que ya estaba bastante revuelto debido a que recién se había despertado.

— ¿Es lo que quieres tú?

—Es lo que quiero yo, pero con alguien que lo quiera también.

— ¿Con mi declaración basta?

— ¿Qué declaración?—Pregunté fastidiada, y probablemente era una pregunta estúpida pero mi cerebro, como ya había dicho antes, no estaba procesando bien las palabras de (2).

—Oh, (1)—Gimió (2)—. No me hagas esto tan difícil.

— ¿Hacerte difícil el qué?

—Como la veo así no vamos a llegar a ninguna parte—Esta vez se ordenó el cabello y me miró—. Me gustas lo suficiente, tanto así que formalizaría por ti.

— ¿Me estás pidiendo una relación formal?—Mal, sigo procesando todo mal, él no podía haber dicho eso.

—Depende, ¿Qué dirías si fuera así?

¿Si fuera así? ¿Qué iba a saber yo? Generalmente no me planteaba hipótesis o posibilidades imposibles, y para ser sincera no estaría muy segura de saber qué responder.

—Sinceramente no lo sé—Murmuré y suspiré, sería mejor olvidar el asunto—. Tampoco me lo estás pidiendo ni nada por el estilo así que no es necesario que responda.

Me iba a levantar y a dejar saldado el asunto para siempre, porque ¿de qué valía enojarme con él? No me había obligado a nada, yo lo había hecho a consciencia, y sabía eso.

—Necesito una respuesta—me sujetó del brazo adivinando mis intenciones.

— ¿Por qué debería dártela? -Él miró descaradamente el gran escote que dejaba mi brasier, se relamió los labios y me volvió a mirar. Cogí la sábana y me tapé, antes de darle una bofetada, que fue despacio porque era más como una advertencia.

—Ya me extrañaba que no hubieras hecho algo como así aún—Se sobó la mejilla—. Bueno, estás aquí, media desnuda en MI cama, en MI cuarto, ah y ayer te diste un bueno revolcón conmigo—Dijo haciendo énfasis en las últimas dos sílabas.

—Eso no te da derecho a nada.

—Eso me da derecho a saber si de verdad querías estar conmigo o era que solo estabas demasiado caliente y ni siquiera te importó.

—Escucha—Dije bastante fastidiada mientras lo apuntaba con el pulgar, pero él me interrumpió y me cogió del dedo, me agarró de la muñeca y con un movimiento tan rápido e inesperado me atrajo a él, se giró y me dejó debajo de él, completamente sin escapatoria.

—Responde—Casi me ordenó.

—Tú primero.

—Creo que lo que te digo te está entrando por un oído y te está saliendo por el otro—Murmuró algo frustrado—. Me-gus-tas ¿Entiendes? Yo no le digo a las chicas que me gustan, tienes suerte. No me acosté contigo solo porque quería y ya, ahora estoy contigo porque DE VERDAD quiero estar contigo, ¿me explico?

—Busco relaciones formales—Le aclaré. Él arqueó una ceja.

—Entonces dame una oportunidad con tu “relación formal”—Dijo esto último con tono burlesco.



Me quedé mirándolo seriamente como 10 segundos, intentando averiguar qué había detrás de esos perfectos ojos miel ¿mentira, o verdad? ¿Atracción, o atracción sexual?

Es que, cómo quería él que luego de su largo historial de chicas yo me tragara ese cuento.

—No sabes lo que es eso, (2)—Dije tranquilamente.

—Tienes razón, no sé, pero podría intentarlo, (1) no seas dura conmigo ni contigo misma, sé que te gusto, me deseas-sonrió burlón.

—Bien, supongamos que ignoro tu último comentario—Dije de mala gana—. Y supongamos que de verdad me gustas, y te digo que sí acepto tu propuesta, ¿Le dirías adiós a TODAS las demás chicas?

—No sé si te has dado cuenta de que le dije adiós a todas las chicas hace como tres semanas, por tu culpa.

—Ayer te vi con una.

—Quería invitarme a una fiesta.

—Oh, qué amable de su parte—Murmuré Sarcástica.

—(1), por favor—Balbuceó—. No es mi culpa que se me peguen como imanes al metal.

—Claro que es tu culpa.

—No es mi culpa que todas estén locas por mí—Dijo con una sonrisa pirata.

—No es culpa de ellas que seas tan mujeriego, quítate de encima—Me revolví debajo de él, pero no sirvió de nada.

—Bien, ignoremos lo último; no (1), ignoraría a todas las chicas y solo tendría ojos para ti.

—Tendrías que tratarme como una reina.

—No hay problema.

—Tendrías que soportar mi carácter de mierda.

—Ya me acostumbré.

—Tendrías que ir conmigo de compras y recorrer cada tienda y darme tu opinión como si fueras mi mejor amiga.

—Suena tentador, sobre todo con la lencería.

—Tendrías que cargar las bolsas también—Ignoré el comentario acerca de la lencería.

—Cualquier cosa por ti.

—Y tendría que ser una petición formal—Sonreí, vale él y su tonta sonrisa de niñito inocente me habían convencido.

Se acercó y solo dejó que un centímetro separara nuestros rostros.

—(1), ¿Quieres ser mi novia?



Yo lo besé en respuesta.

~~~

yo la verdad no le creería a (2)....pero bueno~~ asi es nuestra protagonista...kkaebsong u.u

jueves, 21 de agosto de 2014

~La Niñera~Capítulo 8


Y pues para compensarlas por la crueldad del final del ultimo capítulo aquí tienen el siguiente~

(1) tu nombre
(2) el nombre de tu Johnny
(3) el apellido de tu Johnny


Yo aún amaba a (2).
~~ 

El pensamiento me asaltó tan repentinamente que todo comenzó a darme vueltas.

Sí, quizás no era amor, amor, pero era parecido a lo que había sentido cuando éramos pequeños, a mí me gustaba (2) y nunca pude dejar de pensar en él, ni si quiera en 11 años, y ahora que estábamos luego de tanto tiempo juntos de nuevo, mis sentimientos estaban hechos un lío y ni yo misma estaba muy segura de que quería.

No quise seguir pensando en eso porque sabía que no era una buena idea, así que desconecté mi sentido racional de mi cerebro y solo me dejé llevar por los brazos de (3).

Mi vecino casi me obligó a levantar los brazos y le tuve que decir adiós a mi polera que cayó por alguna parte del piso. Sus besos descendieron hasta mi cuello y yo eché la cabeza hacia atrás para darle el acceso que necesitaba. Suspiré inevitablemente por aquellos besos y por las caricias que él me estaba proporcionando con sus manos. Me cogió de la parte inferior de los muslos para sujetarme y me sacó de la encimera. Me levantó como si yo pesara menos que una pluma y fue subiendo las escaleras.

¿Ésta parte era en la que yo debía decirle que me bajara y se detuviera? Porque yo no estaba haciendo absolutamente nada más que desordenar su cabello y jugar con sus labios. Me bajó cuando llegamos a ¿Su habitación? ¿Mi habitación? Creo que era la suya pero no estaba muy segura porque la cabeza me estaba dando vueltas y no estaba pensando coherentemente, pero el inconfundible aroma que la habitación tenía era el mismo que él, esa droga de aroma que olía tan asombrosamente bien.

Rodeé su cuello con mis brazos y esta vez fui yo quien lo dejó acorralado contra la pared, lo besé un poco más en los labios y luego descendí a su cuello, donde se concentraba más el olor a ese perfume que no conocía. Lo mordí, creo que le dejé una marca roja y él soltó un gruñido, y yo aún no puedo creer que ésta chica que está haciendo esto sea yo.

Entonces unas risas, se escuchan desde el patio de la casa, por la ventana.

Oh! Mi-Dios!

Nos separamos como si nuestras vidas dependieran de eso y me recuerdo que mi playera está en la cocina, así que tengo que ir rápidamente a mi habitación a buscar otra; Saqué la primera que encontré y me la puse, luego bajé corriendo a la cocina para ocultar la polera que nos delataba y vi que (2) se estaba poniendo la suya, me miré en el reflejo del ventanal y mi pelo estaba hecho un desastre y mis jeans estaban abiertos, ¿Cuándo fue que los abrió? No tenía idea, así como tampoco tenía idea de en qué momento le había sacado la camisa a (3) porque él se la estaba poniendo, y justo cuando termina de abrocharse el último botón y yo de arreglarme el último pelo parado, los dos pequeños entraron a la cocina seguido por sus abuelos.

—Hey chicos, ¿Qué hacen?—Preguntó la abuela y aunque su pregunta no tenía implícita la frase “Sé que nada bueno”, yo estaba demasiado paranoica como para estar tranquila.

—Íbamos a cocinar algo para comer, ¿No es así, (1)?

—Sí—Respondí yo con una sonrisa nerviosa.

— ¡Yo quiero pan con queso!-Exclamó Aoi mientras tiraba del pantalón de su hermano.

—No hay queso—Respondió él fastidiado.

— ¡Pero yo quiero queso!

— ¡Pero no hay queso!

—Yo quiero queso.

—Oh vamos, no van a ponerse a discutir por esa estupidez—Dijo el abuelo haciendo un gesto con la mano—. Yumi y yo podemos ir a comprar el que…

— ¡No!-Lo interrumpí y luego aclaré mi garganta; ahora que mi sentido racional había regresado, quedarme a solas con (2) no era buena idea ni si quiera aunque fuera por un segundo—. Yo voy.

—Bien, ve querida, aquí tienes algo de dinero—Dijo la yumi-obaasan de los chicos y me dio 1000 yenes.

Salí de la casa caminando rápidamente, no me dio tiempo de pensar demasiado en lo sucedido porque enseguida salí, me encontré con mi amiga.

—Hey,(1)—Me saludó ella con su demasiado reservado saludo de hombros. Le respondí de igual forma—. Estás rojísima, ¿Te sientes bien?

—Sí… com…completamente—Yo no era tan mala mentirosa pero Yukiko adivinaba todo, por lo que me era imposible mentirle sin tartamudear como estúpida. Ella me miró con el ceño fruncido.

—¿Te he dicho que eres una muy mala mentirosa? Mala, la peor—Dijo y me dio de esas sonrisas de “Ya sé lo que está pasando”—Es algún chico, obviamente, ¡Oh (1) eres tan malditamente obvia!

Definitivamente nosotras no combinábamos: ella con su vocabulario infame, ropa negra, cadenas y polera de visual-k, era todo lo contrario a mí que era una chica a todo color, Al principio a ambas nos costó adecuarnos a nosotras mismas sobre todo porque éramos como juntar al Heavy Metal con la música Romántica; no era buena idea. Pero al final, nos complementábamos y sabíamos llevarnos bien aunque la mayoría de las veces diferimos en todo; ella me conocía tan bien como a la palma de su mano, y no estaba muy segura de que alguna vez haya podido ocultar algo, lo que sea, de Yukiko.



Al ver que no respondí, ella sonrió triunfal.

—Lo sabía, es un chico, y estás roja, siendo que el único chico que has visto últimamente ha sido al sexy de (3), se me ocurre que señorita “Lo odio y lo aborrezco con toda mi alma” dejó de pensar igual.

Esta chica, debería ser detective.

—Sigo odiándolo, Yuki-chan.

—Sí, claro—Creo que noté sarcasmo—. ¿Vas a decirme qué sucede o tendré que sacar todo por deducción.

—Por deducción.

— ¡(1)!

—Oh vale, lo siento, solo bromeaba.

—Pues que mala broma, alguien necesita echarse un polvo —Dijo tan fuerte que un grupo de gente que venía pasando justo al lado me quedó mirando extraño, y un chico me guiñó un ojo, ella se le quedó mirando mientras se mordía el labio—. ¿Has visto? Te ha giñado el ojo y estaba jodidamente bueno, ¿Viste su trasero?

—Yuki-chan—Murmuré fastidiada—. Tengo que ir a comprar queso, ¿Me acompañas?

— ¿Queso?—Preguntó arqueando sus cejas.

—Larga historia.

— ¿Qué tan larga puede ser una historia que te manda a comprar queso?

—Lo suficiente, vamos—Dije y ella me siguió, no siguió con el tema de (2) pero yo sabía que esto no se iba a quedar así, conocía lo suficiente a mi amiga como para saber que seguiría martirizándome hasta que le dijera qué sucedía.

~~~

Bien, lo he estado meditando todo el día y ya llegué a la conclusión de que tengo que mantener las distancias con (3); es un estúpido manipulador, porque es así con todas las chicas que conoce, y como yo soy una estúpida sin remedio (incluso más estúpida que él) caigo en sus redes de chico bonito encantador cuando en realidad es un maldito desgraciado que te atrae con su encanto y luego se aprovecha de ello. Yo no soy una de las chicas de (2), no soy otra más del montón, porque así es como él me ve: otra más del montón, otra idiota dispuesta a complacerlo en lo que se le antoje. No es así, no voy a dejar que me utilice, aunque se me haga jodidamente difícil mantenerme alejada.



El antiguo (2) no iba a volver, pasarían unos años antes de que madurara con respecto a las chicas y yo de verdad quería a alguien que me quisiera de verdad y no porque sí y ya. ¿Demasiado era pedir eso? Me sentía como una tonta en este momento, porque le estaba dando mil vueltas al tema y probablemente él a esta hora se está revolcando con alguna pu… Se supone que debería ser fácil, pero no me puedo sacar de la cabeza sus besos, ni su aroma, ni sus ojos, ni sus labios. Es como si estuviera justo enfrente a mí en este momento porque lo siento en todo momento, y estoy deseando profundamente poder sacármelo de la cabeza, aunque al final sé que eso no va a ser nada fácil.

Pero yo estoy segura de que lo lograré.

Creo…

Me devolví a mi habitación en el momento exacto en que (3) abrió la puerta llegando de quién sabe qué. El episodio con él había sucedido ayer y no había tenido cara para enfrentarlo, así que lo había evitado como mínimo unas 20 veces en total, y pensaba seguir haciéndolo porque no estaba muy segura de cómo decirle que lo que pasó ayer fue una completa estupidez de mi parte y que nunca en su vida se volvería a repetir, además Yuki-chan me ha estado molestando todo el santo día para que le diga lo que sucede, pero no lo haré hasta que esté segura de qué es lo que sucede, porque sinceramente ni yo misma comprendo mis sentimientos.

Todo era más fácil antes; no chicos, no problemas. Es una buena filosofía porque un 90% de mis problemas tienen que ver con ellos, y lo odio. ¡Oh vale a quien engaño! Estoy jodidamente enamorada de ese estúpido engreído y no tengo ni idea de cómo ni por qué. O al menos el hecho de que no salga ni un segundo del día de mi cabeza me hace llegar a esa conclusión. Es algo complicado de explicar, al fin y al cabo no tengo que ser muy lista para darme cuenta de que esto no es nada, nada bueno; de cualquier otro chico menos de éste, porque con (3) (2), yo iba a salir lastimada de alguna manera.

Sí o sí.

No quiero que me lastimen, no de nuevo.

Y como si fuera poco, cuando mi mamá llama para saludarme, se pone en el papel de madre sobreprotectora y está como… una hora hablándome de que no le abra la puerta a extraños, y yo solo quería cortarle, pero me fusilaría cuando regresara así que no era buena idea.

— ¿Al fin dejaste de escaparte o yo tuve la suerte de agarrarte desprevenida?—Dice y yo creo que es la segunda porque cuando escucho su voz pego un salto del susto.

— ¿Escaparme?—Pregunto haciéndome la tonta—. ¿Y por qué tendría yo que escaparme de ti?

—Por lo de ayer—Me dice como si fuera obvio.

— ¿Y por qué tendría que importarme lo de ayer?—Pregunto como si nada y enciendo el televisor.

— ¿Estás de broma, verdad?—Extrañamente el (2) burlón y engreído con sonrisa pícara no está, en cambio luce frustrado.

—No—Me encogí de hombros—. Deberías olvidar ese incidente, yo ya lo hice.

— ¿Incidente?—Dice mirándome notoriamente enojado—. ¿Que ya lo olvidaste? Dios santo no entiendo por qué eres tan extraña.

— ¿Extraña por qué?

—Porque cada vez que pasa algo entre nosotros, luego te enojas sin motivo aparente y ahora está siendo indiferente.

—Me enojo porque no me creo que sea tan estúpida como para acercarme a ti.

—Eso dolió.

—No me importa, si quieres evitar el dolor, puedes mantenerte lo más alejado de mí que te sea posible.

— ¿Sabes qué? Tienes razón, me hartas con tu actitud, dudo que alguien pueda soportarte así que estoy totalmente de acuerdo en que mantengamos las distancias—Dijo él y se dio media vuelta, salió por la puerta y yo sentí un vacío en el estómago que me fue imposible ignorar.

Intenté mantener mi cabeza en blanco el resto del día, pero la verdad era que no estaba teniendo buenos resultados porque tenía mil cosas a la vez en ella. Me sentía como una estúpida dándole vueltas a este tema. Un año completo sin problemas de chicos y ahora eso no es posible por culpa de (3). El caso era que (2) era igual con todas, y eso lo detestaba, porque puede que me besara, lo que no significaba que de verdad le importara, solo se preocupa de él mismo.

Además él tenía razón, mi personalidad era terrible y lo aceptaba sin problemas, mejor que se buscara una chica más simpática, más fácil de entender, mucho mejor que yo, no le iba a costar nada de nada.

~~~~~

Me estoy poniendo el pijama otra vez porque a las exactamente 6 de la mañana estaba en la estación de buses con los (3), ya que yumi-baasan y ryuu-ojiisan se llevarían a los pequeñitos durante una semana con ellos, lo que era una muy buena excusa para alejarme la mayor cantidad posible de metros de (2), lo cual no era necesario porque no me ha hablado y ni siquiera se me ha acercado desde nuestra pequeña discusión hace tres días. ¿Me sorprende? ¿Me molesta? ¿Me irrita considerablemente? Sí, todo eso, aunque en el fondo sé que es lo mejor para mí, porque (3) (2) es todo menos un buen partido, me irrita el hecho de que no puedo parar de pensar en él, porque eso me hace aún más patética de lo que ya me siento.



Me desperté a eso de las doce de la tarde, y aún tenía sueño, pero de todos modos me obligué a levantarme. Me puse unos pitillos negros con una sudadera larga y holgada, y con unas converse blancos como calzado. Bostecé y bajé a la cocina a servirme algo para comer, porque si había algo más fuerte que el sueño, ese era el hambre.

Llevaba recorrida media escalera y escuché risas: una femenina y otra masculina que pertenecía a (3), me asomé apenas y los encontré demasiado juntos como para que fuera un simple encuentro amistoso, aunque yo ya sabía que él no tenía amigas; maldije por lo bajo; a él, a la perfecta morena que tenía de acompañante y a mí por dejar que me afectara a tal punto que se me hiciera un nudo en la garganta, gruñí y sacudí de la cabeza, alejé todos los pensamientos relacionados con el dolor y terminé por convencerme de que yo estaba bien, que en realidad no me importaba, que (3) (2) no significaba nada para mí…Pero al final yo sabía que no servía mentirme a mí misma, aunque si quería evitar el dolor aunque fuera un poco, no tenía de otra; Me acosté en la cama mirando al techo, y me puse los audífonos a todo volumen para desconectarme del mundo exterior por un momento, seguía preguntándome por qué mierda seguía desgastando pensamientos en un idiota que no merecía los pensamientos de una chica, ¿Quién sabe cuántas idiotas más desfallecían por él (yo era una idiota)? ¿Cuántas estúpidas chicas haciéndose ilusiones con alguien que nunca en su vida ha tenido una relación estable (al menos yo no me hacía ninguna)? Suspiré y cerré los ojos, alejé todo pensamiento de mi cabeza y me puse a cantar la canción que escuchaba en el iPod, Sinceramente, ¿Por qué pensar tanto en él? Tenía demasiadas mierdas en la cabeza como para agregar otra más.

Y luego de todo el esfuerzo que me costó dejar de pensar en (2), me quedé dormida de nuevo.

Cuando desperté creo que ya habían pasado unas dos horas. Tenía toda la cama tan arrugada que como si hubieran dormido 20 personas en ella, y por alguna extraña razón había un billete tirado. No era del tipo de chica que dejaba todo tirado, quizás estaba en el bolsillo de mis Jeans y no me di cuenta.

Bostecé unas tres veces antes de agitar la cabeza para despertar completamente, justo cuando estoy a punto de levantarme, nuppi se me tira encima y me caigo de la cama.

— ¡nuppi!-Lo regañé desde el suelo mientras él me besaba toda la cara como pidiendo disculpas, pero baba de perro no era la mejor disculpa del mundo—. Quítate de encima, monstruo.

—Ey! nuppi—Lo llamó (3) desde la puerta de mi cuarto y el perro enseguida fue con él—. Perro malo, te dije que no entraras.



Esto ameritaba un buen baño, pero me quedé tirada en el suelo porque no tenía ni si quiera ganas de mirar al chico a la cara, me había costado un mundo sacármelo de la cabeza y si lo veía todo ese esfuerzo se iría por la borda.

— ¿Estás bien?—Preguntó, estaba de boca contra el suelo así que no lo veía, pero su voz no estaba a más de 50 centímetros de distancia.

—Sí.

—Déjame ayudarte—Dijo él y me cogió de la cintura, y aunque intenté que mi cuerpo fuera más pesado, me cogió de todas maneras, se rio al ver mi aspecto: recién levantada, babeada por un perro y con el pelo de una bruja—. Estás horrible—Me dijo riendo.

—Ya lo sé—Bufé y me saqué el pelo de la cara, mientras que con la manga de la playera me limpiaba la cara—.

Miré a (2) y su sonrisa se esfumó.

— (1), tengo que hablar contigo.

— ¿Para qué?

—Es importante, aunque te recomendaría arreglarte primero.

—Puedes decirlo ahora.

—No puedo decirlo ahora.

— ¿Entonces?

—Te lo digo al rato, pero es importante.

— ¿Es malo?

—Quizás.

— ¡(3)!

—Vale, vale, no es malo, pero sí importante, así que espero a que estés lista—Dijo y salió del cuarto, dejándome con la mayor intriga del mundo.



Se fue. Me quedé mirando la puerta durante unos tres minutos preguntándome qué era lo que me quería decir que fuera tan importante; Tuve que exigirme no salir corriendo y hacer todo a la velocidad de la luz para hablar con él cuanto antes, me mantuve serena y me tomé mi tiempo para bañarme y cambiarme, aunque en realidad solo quería saber qué era lo que me quería decir, porque (3) (2) fuera a decir algo serio e importante, no era algo que sucedía todos los días

lunes, 18 de agosto de 2014

~La niñera~Capítulo 7


Holaa~¡he Vuelto! kanade~desu >w< no me maten por hacerlas esperar....  Es solo que algunos maestros son tan exigentes, que te dejen dos libros completos en una sola semana es un crimen y mas si uno está en ingles, mas el resto de las tareas.....cofcofperoanadieleimportaesocofcof y bueno aquí esta el siguiente cap de la niñera que tanto piden ¡yei! por cierto se que me van odiar por el final xD....y tendrán que esperar hasta el siguiente jo jo jo
Ahora si mas dozou~~ 


(1) tu nombre
(2) el nombre de tu Johnny
(3) el apellido de tu Johnny



—Oh, muy graciosa, muy graciosa—Murmuró sarcástico—. Deja de reírte, dios.

Yo me sigo riendo así que él abre la puerta de nuevo y grita:

— ¡Hey mundo! ¡Ya no es necesario, (1) se ha ofrecido como voluntaria!-Y cierra de un portazo, yo ya no me estoy riendo y me pongo a regañarlo, ahora él se está riendo.

|~♫~|

-Sí, unos gritos de ustedes nos llamaron la atención-Murmuró Sawamura-san y mis mejillas se incendiaron.

-Solo estábamos jugando, lamento si la importunamos.

-No te preocupes querida-Dijo sonriendo-¿Así que estás cuidando a los hijos de la familia (3), verdad?

-Sí, se fueron de viaje y no confían demasiado en (2) como para dejarlo a cargo.

—Esos niños son unos amores—Dijo con tono cantarín—. El otro día fui a verlos y me quedé viendo una película con ellos y con Kaori, ¿Puedes creerlo? Yo, una vieja de 60 años entreteniéndome con una película de niños de hasta 5 años.

—Me lo imagino—Dije riendo.

—Y bueno, linda, ¿Tú y (2)…?

Me puse pálida en cuanto entendí lo que quería decir.

— ¿Qué? ¿(2) y yo? ¡Claro que no! ¡Ni aunque fuera el último hombre en el mundo!

—Lo niegas demasiado—Dijo con tono burlón la señora—. Cuando niegas demasiado algo, es porque quieres convencerte más a ti misma que a los demás.

—Ese chico y yo no tenemos nada—Dije intentando que mi tono sonara calmado—. Ayer solo estábamos jugando.

—Pero te gusta…

— ¡No me gusta!- Sawamura-san se rio y yo tenía unas ganas inmensas de salir corriendo de allí

—Hace años, ustedes eran los mejores amigos—Sonrió melancólica y yo solo tuve ganas de vomitar—. Hacían todo juntos, era como si una especie de fuerza no los dejara separase. Recuerdo una vez que estaba mirando por la ventana a mi nieto, estaba jugando con ustedes a las escondidas. (2) y tú se escondieron detrás de un auto ¿Y sabes qué vi? ¡Se besaron!

Mis mejillas estaba ardiendo y la amable viejecita me sonreía con gesto burlón.

—Teníamos ocho años, quizás menos.

—Donde hubo fuego, cenizas quedan—Dijo con aire misterioso.

—Realmente, Sawamura-san, el día en que (3) y yo tengamos algo, será el día en que el mundo se acabe—Dije, controlando el rubor de mis mejillas y el tartamudeo de mi voz.

—Oh, cariño—Ella se rio—. No tomes las cosas tan textuales, solo estoy bromeando, creo yo

— ¿Cree usted?



Ella solo me respondió con una sonrisa que no estaba muy segura de qué significaba y se entró a su casa. Suspiré resignada y me acerqué a la entrada de la casa de (3). Aoi y saya estaban obligando a su hermano mayor a jugar a las escondidas y (2) tenía que fingir que no sabía dónde estaban para así estar tranquilo unos cuantos minutos antes de encontrarlos y que ellos comenzaran a decirle que era un tramposo por alguna razón.

—Eh, (1)—Dijo el mayor notoriamente fastidiado—. Te toca jugar con ellos.

— ¡No!-Alegó saya mientras tiraba del pantalón de (2)— ¡Te toca a ti!

—Pero si ya jugué demasiado—Le dijo su hermano con tono de reproche.

La pequeña estaba prácticamente amarrada a la pierna de su hermano y Aoi le estaba tirando el pantalón de la otra así que era imposible no reírse.

—Oh, casi lo olvidaba—Dije—. Ayer llamaron tus abuelos y dijeron que estaban en un avión de camino aquí, así que estimo que van a llegar en una hora.

—Sí, y por eso ustedes dos suéltenme—Gruñe (2) Ahora tiene a un hermano en cada pierna y no puede ni caminar, así que yo solo me puse a reír.

—Eso chicos, no lo dejen escapar—Los animé y (3) gruñe de nuevo.

—(1)…—Dice en tono de súplica.



Antes de que yo pueda decirle que no pienso ayudarlo, escucho unos saludos desde el otro lado del patio y Aoi y saya salen corriendo a abrazar a unos señores de avanzada edad que obviamente deben ser sus abuelos. Me quedé detrás de (2) mientras él caminaba hacia ellos, los abrazó.



—Abuelos, ella es (1)—Dijo presentándome, yo solo les dediqué una sonrisa de saludo.

— ¡Pero si ésta preciosura no puede ser la pequeña (1)!-Dice emocionada la abuela de (2) y se acerca a abrazarme (o a estrangularme) y luego me pellizca las mejillas y yo tengo que hacer un gran esfuerzo por no apartarme—. Mira qué bella estás, la última vez que te vi fue cuando tenías no más de 10 años, y mírate ahora, eres una preciosa jovencita, ¿Qué digo? ¡Toda una mujer!

—Abuela, no la agobies—Dijo su nieto y yo le agradecí mentalmente porque su abuela dejó de estrangularme.

—Mírate, qué grande estás, cómo pasan los años—Dice su abuelo y me palmea la espalda como si fuéramos amigos de toda la vida, yo solo sonrío.

Entran a la casa y ahora los dos pequeños están molestándolos a ellos, así que (2) y yo nos quedamos afuera, o más bien yo me quedo afuera y como a este tipo le gusta acosarme…

—Supongo que van a divertirse juntos—Dice y luego me mira con su típica sonrisita pícara— ¿Qué tal si nos divertimos también? -Levanto mis cejas y lo miro con el ceño fruncido, él se ríe y luego niega con la cabeza. —Eres una mal pensada, con divertirnos me refería a salir a hacer algo, aunque si quieres…

—Completa esa oración y mi puño va a acabar en tu cara—Dije con una sonrisa fingidamente tierna.

—Oh bien, pues entonces salgamos a comer afuera.

— ¿Por qué iría?—Dije frunciendo el ceño.

—Porque estás loca por mí.

— ¡Claro!-Dije y me reí estruendosamente alto— ¿Loca por ti? Muy gracioso, eres tan, tan gracioso, que en vez de leyes deberías estudiar para payaso, ¿Te parece?

—Oh, vamos, preciosa, solo por una vez podrías no hacerte la difícil conmigo, ¿Es mucho pedir?

—Bueno, solo porque no quiero que tu abuela vuelva a acercarse a mí—Dije y él se rio. Entré a la casa y él venía detrás de mí.

—Lo dices solo para tener una excusa, porque no puedes decirme que sí sin que haya algo de por medio—Dijo desordenándome el cabello, yo lo fulminé con la mirada.

—Voy a cambiarme—Dije y subí las escaleras.

— ¿Necesitas ayuda?—Me pregunta con una sonrisa torcida mientras se apoya contra la pared con las manos en el bolsillo, viéndose condenadamente sexy.

Me detuve a mitad de las escaleras.

—Te avisaré si la necesito—Le guiñé un ojo y terminé por entrar a mi pieza, sin saber si mi anterior comentario había sido un comentario sarcástico o un descarado coqueteo.

Me tengo que cambiar porque estoy vestida con una playera holgada y unos pantalones rotos y desgastados, así que me pongo un jeans oscuro y un top sin mangas color blanco, acompañado por unas converse negras y de cordones blancos, me peino el pelo hasta dejarlo lo más liso posible y luego me pongo un pinche al lado derecho que tiene una flor margarita de adorno, tomo mi cartera y bajó las escaleras de dos en dos.

(2) está de nuevo apoyado en la pared en la misma posición de hace rato, con la diferencia de que se cambió el pantalón Adidas de buzo y la musculosa negra por unos jeans y una camisa a cuadros color roja y blanca.

Le avisa a sus abuelos que vamos a salir y nos despedimos, alcanzo la puerta del auto antes de que él la abra por mí y él suelta una carcajada, no voy a dejar que (3) (2) me haga favores.

Nos detenemos en McDonald’s porque yo se lo pido y nos sentamos en una mesa. Él se dirige a la caja y compra dos Coca—colas grandes, dos hamburguesas, dos paquetes de papás fritas medianas y dos vasitos de helado de vainilla con crema de manjar. Cuando termino de comer el estómago está a punto de explotarme.

Hacemos una pequeña parada en la playa y nos sentamos a unos metros del agua.

Estamos hablando de cosas banales, sinceramente tampoco pongo mucha atención porque el sonido del mar y de las personas alrededor me desconcentran.

Entonces pasa, siento los labios de (2) de la nada atentar contra los míos y no sé qué es peor. El hecho de que me haya besado o el hecho de que yo le estoy correspondiendo el beso igual o quizás más fervientemente que él.

Estoy segura de que esto no está pasando realmente, porque yo no lo estoy golpeando como una loca desquiciada para que se aleje de mí, y ni si quiera estoy en una especie de estado de shock, solo estoy allí, con mis brazos alrededor de su cuello y obligando a mi lengua a hacer acto de presencia en el beso. No estoy segura de lo que está pasando en ese momento, solo sé que los labios de mi antiguo amigo saben a menta fresca y sus brazos alrededor de mi cintura se sienten muy, pero muy bien, en este momento yo debería estarlo maldiciéndolo, golpeándolo por tener el descaro de besarme, pero sinceramente a la única persona que quiero golpear era a mí misma porque ¡Lo estoy besando! Lo estoy besando, él me está besando, nos estamos besando, y no puedo pensar en nada más que no sea en lo estúpida que soy y en lo habilidoso que es este chico con la lengua y con las manos.



Bien, debería estar furiosa, pero por más que me obligo a estarlo no lo estoy, me había besado varias veces, todas sin permiso, pero ahora, después de unos cuantos días de tregua, que me lo había quitado de encima y habíamos intentado ser amigos de nuevo, sentía mi estómago revolviéndose fuertemente y mi cerebro susurrando que quiere más, y yo como estúpida no se lo estoy negando para nada.

Finalmente nos separamos a falta de aire y aunque no pueda verme, sé que tengo una cara de espanto en mi rostro, él por su parte tiene una enorme sonrisa pero tiene la boca entreabierta porque está jadeando.

—Eso ha estado bien—Dice más para sí mismo que para mí. Se inclina y vuelve a tomar mis labios en una lenta y suave caricia que se vuelve incluso más adictiva que la anterior. Estoy a punto de apartarlo de un golpe pero mi reacción es otra: poner mi mano izquierda en su hombro y agarrarle la camisa con la derecha para acercarlo más a mí.

Y nos separamos al fin.

Lamentablemente…

—¿Ves cómo no era tan difícil no hacerse la difícil?—Es lo primero que dice y yo no estoy muy segura de qué responder, así que solo me quedo callada—. ¿Qué pasa? ¿Te comió la lengua nuestro beso?

—Sinceramente no sé por qué hice eso—Digo con la dignidad que me queda y me levanto de la arena, y comienzo a caminar, no sé a dónde, pero lejos de mi acompañante, cosa que sé que va a ser inútil porque va a seguirme, y es exactamente lo que hace;

— ¿No sabes?—Pregunta en tono burlón— Oh, preciosa, de todas las excusas que has inventado ésta es la peor. Me besaste porque querías, no porque “No sabías que estabas haciendo”

Estoy intentando procesar la información porque ni yo misma sé qué acabo de hacer, ¿Lo he besado? ¿No ha sido producto de mi imaginación o algún sueño? Es complicado intentar entender el asunto, porque hace apenas unos días lo odiaba con todas mis fuerzas, y ahora lo he besado como si no hubiera un mañana, ¿Entonces? ¿Qué era lo que sentía por (3) (2)?

“Donde hubo fuego cenizas quedan”

Se me viene a la cabeza lo que Sawamura-san dijo, entonces, ¿Eran estas las supuestas cenizas? ¿A caso yo estaba comenzando a sentir algo por…? ¡No! ¡Claro que no! ¡Eso era imposible! Era imposible porque este chico ya me había lastimado una vez y no dejaría que volviera a hacerlo.

—Oh, lo que sea—Digo de mala gana y sigo caminando.

— ¿Por qué estás enojada? ¿Por ceder o por el hecho de que te encantó?

—Besas asqueroso—Esa podía catalogarse como la mentira más grande que he dicho en mi vida.

—Beso asqueroso—Repitió, burlón—. Claro, porque beso tan asquerosamente mal que me has seguido el beso sin problema alguno.

— ¿Qué pasó con lo de ser amigos?—Pregunto en un gruñido. Él me mira con gesto divertido—. Oh, lo olvidaba, eres tan hijo de **** que no sabes cómo tener a una chica solo como amiga.

—Menos si es tan ardiente…

— ¡Eres incorregible!-Bufo y sigo caminando ya que me había detenido para hablarle

—Oh, (1) basta—Dice y me agarra del brazo para que me detenga, me acerca a él hasta que nuestros cuerpos quedas pegados y nuestros rostros a tres centímetros de distancia, lo más divertido del asunto es que yo no hago nada para impedirlo—. ¿Por qué no aceptas que te mueres por mí?

— ¡Claro que no!-Chillo y me zafo de su agarre—. Eres tú el que se muere por mí.

—Yo no tengo problema con aceptar eso—Dice con su sonrisa socarrona y tengo ganas de golpearlo.

—Uhm, bien por ti—Murmuro sarcástica y vuelvo a emprender la marcha. (3) viene detrás de mí porque puedo sentir sus pasos, no dice nada, pero conociéndolo está aguantándose la risa.

—Entonces, ¿Vas a estar sin hablar todo el día o qué?—me pregunta de repente.

—No tengo comentarios que hacer—Digo y el curva una sonrisa. Comienzo a caminar de nuevo pero él me agarra del brazo y me pone contra la pared.

— ¿Vamos a comer? Tengo hambre… aún.

—Te comiste una hamburguesa gigante—Digo frustrada.

— ¿Por qué eres tan irritable, eh?—Pregunta mientras pone sus manos a mis costados para evitar que yo escape.

—Tú me irritas.

—Yo no te irrito, te irritas sola—Dice y vuelve a besarme; le ordeno a mi cerebro que le ordene a mis brazos que lo golpeen con fuerza en el pecho, pero no parece funcionar porque mis manos de nuevo están rodeando su cuello mientras le correspondo el beso sin problema alguno.

— ¿Ves? Es mucho mejor cuando no te irritas—Me guiña el ojo y me fijo que la pared en la que estoy apoyada es la de un local de comida rápida porque (2) entra ahí. Tardo un poco en reaccionar y preguntarme qué demonios estoy haciendo. Como no sé la respuesta ahora estoy debatiéndome entre si entrar o no entrar porque… ¿Qué iba a hacer? ¿Me iba a sentar frente a él y comer como si nada o teniendo que aguantar sus comentarios lanzados y sus sonrisas jodidamente perfectas y burlonas? No parecía buena idea, por otra parte, la parte más rebelde y escondida de mí, quería seguirlo besando.

Al final me decido por entrar al estúpido local, pero antes de pasar por la puerta veo que una chica se le acerca, parece sorprendida de verlo y él igual, se sienta al frente de él y me doy cuenta de que entrar ahí será mala idea.

<< ¿Qué esperabas? Es (3) (2), no puedes esperar otra cosa de él, besarte y luego irse con otra>>

Aunque hablando en serio, no se había ido con otra, quizás solo se había encontrado con un amiga y… ¡Oh vamos! “este” (3) (2) no tiene “solo” amigas.

Y yo no entiendo porque estoy molesta, así que me doy media vuelta y me voy caminando con las manos metidas en los bolsillos de mi jeans.

Entré a la casa que tenía un extraño silencio que no era posible con dos niños pequeños jugando, corriendo y saltando por ella. Entré a la cocina a tomar un vaso de bebida o algo, pero cuando abrí el refrigerador, reparé en que en la puerta había una notita colgada; cerré de nuevo la puerta y cogí la notita:

“Fuimos al parque con los niños, esta nota es por si llegan antes que nosotros y no se preocupen”

Arrugué la nota y la tiré a la basura porque supuse que ya no sería necesaria.

Mi cabeza estaba dando mil vueltas y ya no sabía qué pensar exactamente. No tenía idea de cuál era la razón por la que aún sentía un hormigueo en los labios y el delicioso aroma de (2) impregnado en mi nariz. Tampoco entendía esa sensación de vacío en el pecho, algo complicada de explicar con palabras. Tampoco entendía esa punzada en el pecho al verlo saludar a esa fantástica rubia de top escotado y shorts que parecían bragas. Era una estupidez estar desgastando pensamientos en alguien como (3) (2), no los merecía, y yo sabía jodidamente bien que no era una idea sensata ponerse a dar vueltas el tema de (2); (2) era eso, terreno peligroso, podías entrar y no salir nunca más, o quizás entrar y salir con vida, pero no había demasiadas posibilidades de eso.

Ya me había enamorado de (2) una vez cuando tenía 8 años, y andarse de besos y de flirteos con él no era una muy buena forma de evitar que eso pasara de nuevo.

De repente mis pensamientos me agobiaron y se sintió como si una roca de una tonelada me hubiera caído encima. ¿Estaba poniendo la palabra “Enamorarse” y “(2)” en la misma oración? ¿Lo había hecho antes y no me había percatado?



Camino de un lado a otro por la sala espaciosa sin saber qué estoy haciendo exactamente. Debía de olvidarme de aquel hecho, últimamente tenía demasiadas cosas en la cabeza como para pensar cosas coherentes y menos cuando se relacionaban con (3).

Cuando miré el reloj para comprobar la hora ya son las 4 de la tarde, han pasado dos horas desde que estoy divagando acerca de estupideces, entonces sonó la cerradura de la llave, o era (3) o eran sus abuelos, sinceramente prefería la segunda opción.

Pero es (2), viene con ese aire fresco y con una enorme sonrisa en la cara, entonces me enfurezco sin razón alguna. ¿Por el beso? ¿Por qué me gustó? ¿Por qué quizás esa sonrisa se deba a aquella rubia? ¡Oh dios santo!

—No entraste conmigo al restaurante—Dijo y yo lo evité entrando a la cocina a hacer no sé qué, pero él me siguió así que tuve que responderle.

—Parecías ocupado, tampoco tenía muchas ganas de seguir pasando tiempo contigo.

—Algo me dice que eso último no es cierto—Dijo mientras se acercaba con pasos seguros hacia mí, que no pude evitar retroceder—. De seguro podemos pasar tiempo juntos, como en la playa, estoy seguro de que lo de la playa te encantó, también a las afueras del restaurante.

Yo iba a protestar pero ninguna palabra salió de mi boca.

—Ven aquí—Me dijo antes de agarrarme del bolsillo delantero del pantalón, envolverme en sus brazos y besarme hipnóticamente.

Me dejé llevar por aquellos suaves y cálidos labios mientras me preguntaba por qué yo era tan cabeza hueca, pero todo pensamiento coherente fue desterrado de mi cabeza en cuanto las frías manos de (2) se colaron entre mi polera y se posaron en la piel desnuda de mis caderas. Conociendo a (3) yo sabía que esa era una señal de que no se conformaría con simples besos.

Y yo tampoco.

Bien, esto podría considerarse como una de las estupideces más grandes del planeta, porque estoy entrando en el terreno prohibido sabiendo que nada bueno va a salir de ahí y solo quiero entrar para explorar lo desconocido y tener la esperanza de que algo bueno va a salir de eso, aunque yo sé que no va a ser así, pero no importa, ya no importa porque (2) besa malditamente bien y su boca sabe a pasta de dientes de menta, huele extraordinariamente al jabón que hay en la ducha, un toque de algún perfume con un aroma desconocido y ese olor que es simplemente su marca personal y solo de él, ese aroma a tierra mojada, ese embriagador aroma a tierra mojada que tanto me gustaba.

— ¿Te gusta tanto como a mí, verdad?—Murmuró sobre mis labios y volvió a besarme—. Porque amo esto, podría acostumbrarme a besarte todo el día.



¡Oh no! ¿Acostumbrarse? ¡Ni en sus mejores sueños! Él podía acostumbrarse a besarme como ahora pero yo no iba a hacerlo, porque (2) era peligroso, algo que te gustaría probar una vez y nunca más repetir la experiencia, como la montaña rusa más grande del mundo, me parece una comparación tonta pero así es él, como una montaña rusa: te asusta, sabes que es peligrosa, mortal, pero quieres sentir la adrenalina y vivir la experiencia.

Oh diablos, no sé si ha sido mi imaginación pero yo he soltado un pequeño sonido con la boca que no debería haber soltado, dejando en evidencia el enorme placer que sentía al besarlo. Y tal como predije es una mala idea porque el chico intensifica el beso y me aprieta más contra él.

Este es el momento, este es el momento en que necesito parar esto antes de que pase a más, pero las fuerzas han abandonado mi cuerpo y ni si quiera puedo —o quiero— sacar mis brazos del cuello de (3), tampoco quiero separar nuestros labios ni separar nuestros cuerpos. Esta sensación es tan embriagadora como la droga, pero yo sabía que a la larga toda droga en exceso terminaba siendo muy, muy mala.

Me subió a la encimera de y se coló entre mis piernas, y yo como soy tan ocurrente (estúpida), rodeé mi cintura con ellas y lo atraje más hacia mí. Mis manos se colaron en su sedoso cabello y cuando (2) soltó un gemido me sentí tan satisfecha que me desconcertó. No pude evitar pensar tampoco que en esta posición lo había encontrado con la rubia hace no mucho tiempo atrás, en la misma cocina, en la misma encimera, y eso me molestó profundamente. Pero no me importa, por alguna razón no me hace querer parar lo que está sucediendo, en realidad, quiero llevarlo a más, quiero tocarlo, quiero explorar su boca como él lo hace con la mía, pero no me siento con la suficiente confianza para hacerlo.

—Vamos guapa, puedes hacerlo mejor que eso—Murmuró como si leyera mis pensamientos, incitándome a ser aún más atrevida de lo que yo podía imaginarme. Vamos, no era la primera vez que pasaba con un hombre más allá de los besos, pero por alguna razón me sentía como una estúpida colegiala, pero lo olvidé y fui descendiendo con mis manos, que primero se detuvieron en su cuello y lo acercaron más a mí, luego tocaron sus hombros y recorrieron los trabajados brazos para optar luego por meterse debajo de la polera y quedarse descansando en su pecho. Me tomó de los muslos y tiró de ellos haciéndome quedar casi colgando de la encimera y por ende, completamente pegada a él, lo suficientemente cerca para que ya no hubieran distancias y fuera imposible juntarnos un milímetro más. Gemí en respuesta y fui más atrevida con mi boca. Mordí su labio inferior y luego lo lamí, Dios, esto se estaba poniendo bueno.

Entre toda aquella ola de placer logré formular mi primer y último pensamiento coherente.



Yo aún amaba a (2).

~~~

y eso es todo por ahora :D ¿verdad que me quieren asesinar por el final ^^?  A propósito, les doy las gracias por parte de darii y mía por no maltratar (?) nuestro fic de k-pop, sabemos que a la mayoría de ustedes no les gusta ese genero, pero nosotras dos realmente queríamos escribir esa historia y no dejarla en nuestros cuadernos, así que realmente les agradezco ; por cierto se que varias quieren el de "Venganza" y siento decirles que ni darii ni yo podemos hacer nada u.u la creadora de ese fic es hana-chan y pues está desaparecida (?) y no sabemos de que iba la continuación del fic ;_; gomen ne~~

sábado, 16 de agosto de 2014

El separador de libros~Capítulo 3~

HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Vengo a dejarles el capitulo tres de esta besha historia que es el separador de libros :3 
Entramos de nuevo a la escuela y pues hasta ahora me dio tiempo de subirlo al blog uwu 
Leímos sus comentarios chicas, gracias por ellos. Independientemente de si no les gusta exo, espero que si les guste la historia D: 
A propósito; debido a lo que acabo de mencionar, pensamos que era buena idea dejarles una imagencillas para que más o menos ubicaran a los chicos :3 así que en cuanto personajes nuevos aparezcan les estaremos dejando una fotito así casual x) 
Comencemos, pueh~ NO SE OLVIDEN DE COMENTAR! y perdón por la demora xD


Kris (Wu Yi Fan) (le dicen galaxy porque... bueno es único y galaxy es su style xD)
JSNFVGLIE4HTGOÑWU0EPÑR,DLPJ
KyungSoo (D.O <3 )

ella seria Belle! el nombre de esta chica es Bethany Mota, por si quieren averiguar mas de ella :3 
Chen (JongDae)- mesero auto contratado xD

Kaaaaaaaaaaaai *w* (JongIn)


Minseok (Xiumin)

Sehun ñwñ 




CAPITULO 3 

Si tuviera una lista aparte de sus anotaciones de supervivencia climática que se titulara "cosas por hacer antes de morir", definitivamente no tenía pensado posicionar en algún lugar de aquella enumeración el conocer a algún autor extranjero que quisiera escribir a cerca de ella.

La noche anterior había sido una de las más inesperadas de toda su existencia, pero no por eso mala; Después de que el chico de ojos saltones la tomara por sorpresa con sus preguntas, la señorita que atendía el lugar, Hwa Young, fue tan amable de presentarle a los chicos y de explicarle a Belle lo que pasaba mientras bebía su tan ansiado café. Ahora, el muchacho ojón se llama Do KyungSoo, amigo de Oh Sehun, quien por el momento no se encontraba presente, y de su "atractivo hermano" JongIn; el primero mencionado es, citando las palabras de Hwa Young: "un escritor destacado, el cual el mundo esconde bajo un manto de misterio". Kyungsoo no dejo de verla en toda la noche, pero por mas precipitado que pareciera, comenzaba a gustarle la mirada en los ojos del joven, porque no solo era curiosidad lo que veía en ellos; de alguna forma eran indescriptibles...

Sin embargo, lo que la sorprendió por el momento, fue encontrarse en la biblioteca de su universidad a aquel chico de exorbitantes fanales haciendo lo que parecía ser, lectura a nivel de concentración extremo, sin exagerar, tanto que no notaba que la chica ya estaba sentada frente a sus narices; era en situaciones como esta en las que se preguntaba si el tipo realmente estaba en todos sus sentidos.

-Soo...Kyungsoo- llamo la chica repentinamente ganándose por completo la atención del nombrado. Al ver al joven estupefacto le recordó con una sonrisa- soy...

-Belle, que sorpresa verla... quiero decir, verte.- La noche anterior JongIn le había advertido que no le hablara formal si no quería asustarla más. Con el coreano básico que la chica sabia, pudo entender sus palabras.

-Si gracias, igualmente.- según las frases que había memorizado, podía usar ésta en situaciones donde te hicieran un cumplido o algo por el estilo. Kyungsoo sonrió, y quien no lo haría; el chico con una gramática impresionante, y la chica... bueno, por lo menos los dos eran amables.

-¿Kyungsoo ssi, me preguntaba que hacías aquí?

-En realidad estudio en esta universidad, ¿acaso uste...tú también?

-Sip, esta es mi escuela de... de...

-¿Intercambio?- interrumpió el pelinegro.

-¡Si, eso!- exclamó sonriente, un suspiro brotando entre sus labios- kyungsoo, ¿cómo haces para aprenderte palabras tan complicadas? Yo hoy tuve mi primera clase de coreano- terminó con cierta dificultad, y con una sonrisa de vuelta, kyungsoo prosiguió.

-Si lo deseas puedo ayudarte a practicar tu coreano- sus mejillas al instante pintándose de un color carmesí suave. ¿Desde cuándo era tan atrevido? 

-¡Claro! Te lo agradecería bastante. 

-Entonces...- se vio inesperadamente interrumpido.

-¡HEY D.O!- y de un momento a otro hicieron aparición sus dos amigos, menos mal que no había mucha gente en la biblioteca.

-D.O, ¿hoy...?- comenzó sehun, siendo sutilmente callado por un codazo de Jongin.

-Hoy nosotros queríamos invitarte a jugar video juegos a la casa de Sehun, pero vemos que estas en muy buena compañía- dijo su compañero; así es, anteriormente se había topado con que Kai sería su compañero de universidad, ¿coincidencia?

-Entonces-continuó Sehun- ¿por qué no llevas a Belle a que conozca los al rededores? Será una linda experiencia- añadió moviendo sus cejas de arriba abajo.

-¿¡Con que quiero comerme a tus amigos!?- Belle exclamo contenta.

-¿Co...comer?- Al parecer algo estaba mal en esa oración... Inmediatamente Belle abrió sus apuntes para corroborarlo. Si, efectivamente. 

-Digo emm... quiero decir que... - Sehun la interrumpió.

-Yo sé que somos muy sexys y todo lo que quieras, pero ¿comernos? Vaya, no sabía que las chicas extranjeras eran tan osadas, pero al menos yo estoy dispuesto a...

-¡NO! ¡No me los quiero comer en ningún sentido de la palabra! Lo siento chicos, mi coreano todavía no es muy bueno- dijo y las risas no tardaron en hacerse notar.

-Belle tranquila, nosotros te ayudaremos con eso, tu tranquila- apunto Kai.

-Sí, gracias chicos; pero lo que quería decir es que ¿si estos son tus amigos, Kyungsoo?

-Ah~ cierto, no conocías a Sehun, bueno, ahora los presento; Belle este loco de aquí es mi amigo Sehun, y Sehun, ella es Belle.

-Mucho gusto- dijo Belle y beso la mejilla de Sehun, olvidando que en aquella cultura no estaban acostumbrados a saludar de ese modo- ¡L-lo lo siento! Es la costumbre.

-En ese caso, mucho gusto- dijo devolviéndole el gesto. Normalmente las mejillas de Belle no se pondrían rojas, pero a quien quería engañar, ¡Sehun era muy bien parecido!

-¡Sehun!- lo amonesto JongIn.

-Costumbre, costumbre, replicó él con burla.- bien, entonces ¿por qué no van y aprovechan este grandioso día mientras kai y yo jugamos videos en mi cueva?

-Me parece bien- dijo Belle sonriendo- pero, ¿no estabas ocupado, Kyungsoo?-el aludido cerro su libro e inmediatamente se puso de pie.

-No, no; cómo crees, ¡vamos!- Kai y Sehun intercambiaron miradas cómplice mientras los otros dos jóvenes emprendían su camino fuera de la universidad con algunos problemillas técnicos al hablar.

Durante su trayecto indefinido por las calles de Seúl, Kyungsoo se dedicaba a explicarle a Belle ciertas cosas culturales, ya que aseguraba no querer volver a pasar semejante situación como había pasado en la biblioteca; y mientras Belle miraba por todas partes enamorándose de la ciudad, él solo la miraba a ella, enamorándose a cada paso que daban, hasta que sutilmente salió de su ensoñación al reconocer el entorno por donde estaban.

-Sinceramente no estoy seguro de qué te gusta, pero pienso que deberías probar esto, a Sehun le encanta venir aquí- aseguro Kyungsoo entrando junto con Belle a la tienda de Bubble tea de su amigo.

-¡D.O! ¿Qué te acontece por aquí... con tan hermosa jovencita?- dijo uno de los dos chicos que se acercaron a saludar en cuanto se percataron de su presencia.

- En realidad solo pasábamos por aquí; en fin, Minseok, Jongdae, les presento a Belle.

-¡Oh no seas tan formal con la chica! Me puedes decir Xiumin- dijo Minseok- un placer, por cierto, soy el dueño de este lugar- añadió guiñando su ojo.

-Y a mí puedes llamarme Chen, mesero auto contratado de la tienda de Xiumin- le siguió Jongdae.
-¡Mucho gusto chicos! Mi nombre es Belle Annete Abendroth, pero pueden decirme solo Belle- dijo sonriendo por el comentario anterior de Chen

-Wooow-dijeron al mismo tiempo los dos chicos- ¡eres muy linda!

-¡Yah! Va a pensar que son unos pervertidos- les reclamo Kyungsoo sintiendo la necesidad de mantenerla lejos de ellos, al menos por ahora. Y riendo Belle agradeció.

-Eish como sea, pasen chicos, elijan su bubble tea del sabor que quieran, esta vez la casa invita- finalizo Minseok guiñando de nuevo hacia Belle.

Así fue como un Kyungsoo momentáneamente celoso y una Belle sonrojada tomaron asiento en una de las mesas de aquel lindo lugar.

Al momento en que empezaron a tomar sus bebidas D.O decidió que era un buen momento para intentar de nuevo con su cometido, pero ¿cómo debía empezar? "Belle, ¿recuerdas que dije que quería escribir un libro sobre ti?" No, muy acosador. "Belle responde a las preguntas que te hare para mi libro" nah, muy de entrevista, entonces como...

-Kyungsoo- interrumpió sus pensamientos con una linda sonrisa- ¿qué te parece si nos conocemos un poco más? Digo, ya que estaremos juntos por mucho tiempo, sería bueno conocernos bien.- "¿conocernos? ¿Mucho tiempo? ¿Juntos?" Las palabras pasaban por la mente de D.O creando todo tipo de ensoñaciones extrañas. La joven al ver que no respondía se arrepintió de haber dicho esas palabras, después de todo, quien le aseguraba que no era un tipo psicópata, pero,  algo no tan en el fondo de ella le decía que continuara- Yo soy de Canadá y mi familia está conformada por mamá, papá y mi hermano mayor Kris. En realidad… al principio papá no era mi papá, pero yo era muy pequeña y no lo recuerdo.- ¿Estaba diciendo que aquel hombre era su padrastro?- Kris es dos mayor que yo, él ya estaba allí cuando mamá se casó. En realidad al principio me pareció curioso porque papá y Kris tenían los ojos rasgados y mamá y yo no, pero después me acostumbre.- Belle pareció notar el desconcierto expresado en la cara de Kyungsoo- Kris nació en Canadá, pero papá y su mamá biológica son Chinos- le explico con una sonrisa.

Mientras Kyungsoo absorbía toda esa información, el celular de Belle comenzó a sonar. Una tierna melodía en coreano.

-¿Bueno?- contestó un momento después.- ¿Kris? ¡KRIS! … Sí, estoy en Corea… ¡Oh no! ¡Lo siento! ¡Lo había olvidado por completo! ¿Que en dónde estoy? En un lugar de bubble tea cerca de la universidad. ¿Qué? ¡Pero estoy con un amigo! Sí, tengo amigos. Por ahora la mayoría son hombres, sí... Dios, comenzaba a extrañar esto. ¿Bueno? Arg… Kris…-  quedaba más que claro que Kyungsoo solo alcanzo a entender muy poco de la corta conversación entre Kris y Belle. ¿Qué había pasado? No tardó mucho en comprenderlo, por cortesía de Kris, quien entraba al lugar en búsqueda de su hermana.

-¡Ann!- gritó el chico, que según kyungsoo parecía una torre de tan alto que estaba, mientras corría agitando sus brazos hacia la joven.

-¡Galaxy!- Le gritó la chica de vuelta. Y de buenas a primeras, se encontraban fundidos en un abrazo de oso asfixiante.

¿Entonces Kris, hermano de Belle, se encontraba viviendo en Corea?


Bien, esto iba a ser más interesante de lo que esperaba.